La Comunidad de Madrid arma a los vigilantes de Metro con espráis de defensa personal. Gel innovador, formación especializada y 61 millones de inversión marcan esta estrategia para proteger depósitos y cocheras del suburbano. ¿Será suficiente para disuadir el vandalismo?
¿Por qué armar a los vigilantes de Metro? La respuesta tras el vandalismo
Los depósitos y cocheras de Metro de Madrid no son simples estacionamientos. Estos espacios albergan trenes en mantenimiento, herramientas críticas y sistemas esenciales para operar la red. Sin embargo, en los últimos años, han sido blanco de robos, pintadas y actos vandálicos que ponen en riesgo tanto el patrimonio como la seguridad de los trabajadores.
«El objetivo no es confrontar, sino disuadir», explica un portavoz del Gobierno regional. Los espráis de gel —no tóxicos y con seguro antiaccidentes— buscan equilibrar la protección sin exponer a terceros. Pero ¿es esta la solución definitiva? Expertos en seguridad urbana advierten: «La herramienta es útil, pero debe ir acompañada de más vigilancia y tecnología».
Tecnología gel vs. aerosol: ¿Qué hace único este sistema de defensa?
Mientras los espráis tradicionales dispersan partículas en el aire, el gel se adhiere al agresor, minimizando el riesgo de afectar a transeúntes o al propio usuario. Además, incluye un seguro que evita activaciones accidentales, clave en entornos con maquinaria pesada.
La homologación, supervisada por Seguridad Privada, garantiza que el producto cumple normativas europeas. «No causa daños permanentes, pero incapacita temporalmente», detalla un informe técnico. Los vigilantes recibirán capacitación para usarlo solo en casos extremos, priorizando la desescalada de conflictos.
61 millones en seguridad: ¿En qué se invierte el dinero?
El contrato renovado en 2024 incluye no solo los espráis, sino también cámaras térmicas, sensores de movimiento y refuerzo de patrullas. Los 13 depósitos —como los de Canillejas o Fuencarral— y cocheras estratégicas son la prioridad, aunque el plan aspira a cubrir a los 1.500 vigilantes de toda la red en futuras licitaciones.
Critican, sin embargo, la falta de transparencia: «¿Por qué no se implementa ya en todas las estaciones?», cuestiona un sindicalista. La Comunidad argumenta que esta fase piloto permitirá ajustar protocolos antes de escalar el proyecto.
De prueba piloto a estándar: ¿Cómo afectará a los usuarios?
Aunque los viajeros no interactuarán directamente con los espráis —destinados solo a áreas restringidas—, la medida podría mejorar la puntualidad del servicio. Menos robos de cables o sabotajes significan menos retrasos, un beneficio indirecto para los 2,3 millones de usuarios diarios.
No obstante, surgen dudas: ¿Podría normalizarse el uso de fuerza en el transporte público? «Es un recurso excepcional, no un arma cotidiana», zanja un responsable de Metro.
Reflexión final: ¿Protección o parche temporal?
La iniciativa refleja un dilema global: cómo salvaguardar infraestructuras críticas en tiempos de recortes. Ciudades como Londres o París han optado por drones y reconocimiento facial, mientras Madrid apuesta por herramientas tácticas. ¿Será el gel la respuesta o faltan pasos audaces?
«La seguridad no es gasto, es inversión», recalca el Ejecutivo autonómico. Pero con el vandalismo en aumento, solo el tiempo dirá si estos espráis son la pieza faltante o un mero placebo.
