Los viñedos podrían adaptarse al cambio climático mediante la técnica de la ‘agrobiodiversidad’

Las consecuencias pueden ser parcialmente reversibles y las pérdidas agrícolas reducirse si se apuesta por la sustitución de variedades de uvas en los cultivos.

La agricultura es una de las ‘víctimas’ del aumento de la temperatura media global. Las malas cosechas, los bajos rendimientos y los cambios en las áreas de cultivo son algunas de las mayores preocupaciones de los trabajadores en el sector agrícola. Además, las predicciones atmosféricas para las próximas décadas muestran una y otra vez que los climas regionales no serán compatibles con los cultivos vitícolas.

Un equipo internacional de científicos, con participación del grupo de Ecología del Cambio Global y Evolución (GloCEE) de la Universidad de Alcalá, ha examinado de qué manera los cambios en las prácticas agrícolas podrían mejorar los pronósticos en los cultivos vitícolas, o al menos evitar algunas de sus consecuencias.

Alternativas para la viticultura

El estudio, publicado en la revista PNAS, demuestra que si la Tierra se calienta 2 ºC respectos a los niveles preindustriales –el límite establecido por el Acuerdo de París–, el 56 % de todas las regiones que cultivan uvas de vino perderán idoneidad climática para estos cultivos vitícolas. En un escenario de calentamiento de 4 ºC, esta cifra ascenderá a 85 %.

cultivos vitícolas

Entre las alternativas para que la viticultura se adapte al cambio climático existen diferentes medidas de manejo agrícola que pueden implementarse a escala local como riegos, microaspersión o sombreo, etc. y otras como el traslado de los viñedos en altura o en latitud.

Viñedos adaptados a la crisis climática


Para contrarrestar los daños, los científicos sugieren otra solución comúnmente propuesta pero con poco apoyo cuantitativo hasta la fecha: la sustitución de material vegetal o de variedades.

El aumento de esta diversidad, también llamada agrobiodiversidad, permitirá incrementar la resiliencia de los diferentes cultivos vitícolas o parientes silvestres sin realizar cambios en las regiones agrícolas. Hasta ahora, aunque esta práctica basada en la variación genética intraespecífica dentro de un cultivo ha atraído mucho la atención, no existían evidencias de su capacidad para mitigar los efectos del cambio climático.

Amortiguar los efectos negativos del cambio climático

Así, el trabajo cuantifica por primera vez hasta qué punto un incremento de diversidad agrícola es capaz de amortiguar los efectos negativos del cambio climático, en este caso la pérdida de idoneidad climática, sobre las regiones productoras.

Los resultados del trabajo muestran que la diversidad de cultivos vitícolas puede reducir las pérdidas agrícolas por el calentamiento global, aunque su efectividad disminuirá considerablemente si se materializan los escenarios más cálidos. Tomando en cuenta los datos de impacto anteriores, en un escenario de calentamiento de 2 ºC, la diversidad de cultivos vitícolas permitiría reducir las pérdidas proyectadas en un 57 %, mientras que con un aumento de temperaturas de 4 ºC el porcentaje sería del 32 %.

De este modo, gracias a la diversidad de cultivos vitícolas, el cambio climático afectará al 24 % de los cultivos con un aumento de 2 ºC de las temperaturas y al 58 % en un escenario de 4 ºC de calentamiento.

“La diversidad, si es adoptada localmente por los productores, puede mitigar las pérdidas agrícolas, pero su efectividad dependerá de las decisiones globales con respecto a las emisiones futuras”, subrayan los autores en su estudio.

cultivos vitícolas

Cultivos vitícolas más resistentes

Para comprobar cómo la diversidad de los cultivos de uva de vino altera las proyecciones de cambio climático, los científicos analizaron datos históricos de 11 variedades de cultivos vitícolas (Vitis vinífera) con alta diversidad en Europa, sobre todo situados en Francia, de 1956 a 2015.

Los autores combinaron los datos, que se centraron en la aparición de brotes, floración y maduración, con datos de siembra global y registros de temperatura de 1880 a 2013 para crear modelos previstos para escenarios de calentamiento global de 2006 a 2100.

“Nuestros resultados respaldan el potencial de los cambios in situ de los cultivos para adaptar la agricultura al cambio climático, incluso en las principales regiones vitivinícolas, siempre y cuando los esfuerzos para evitar escenarios de calentamiento más alto tengan éxito”, señalan los investigadores en su estudio. Sin embargo, según los autores, la diversidad de cultivos vitícolas por sí sola no es suficiente para prevenir la disminución de la uva de vinificación en las regiones más vulnerables.

Aurora Cancela Pérez
Aurora Cancela Pérezhttps://www.cronicanorte.es
Aurora Cancela Pérez, periodista, licenciada en Ciencias de la Información y vecina de Colmenar Viejo. Es redactora en Crónica Norte desde 2017. Apasionada de la información local y los viajes.

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