La Comunidad de Madrid fomenta los trabajos de investigación para paliar los efectos del cambio climático en el cultivo de la vid, a través del Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA).

El proyecto MINORVIN, orientado a la valoración de variedades minoritarias de vid y de su potencial para la diversificación vitivinícola y de resiliencia al cambio climático.
Este proyecto cuenta con la participación de 16 centros de investigación procedentes de distintas comunidades autónomas y con 51 variedades de vid de todas las regiones españolas.
Una de las mayores preocupaciones
Una de las grandes preocupaciones en el ámbito vitivinícola mundial es la disminución del número de variedades de vid cultivadas y la desaparición de otras muy antiguas, causada por factores como el bajo número de variedades admitidas en las Denominaciones de Origen o las ayudas a la reconversión de los viñedos, que potencia la eliminación de aquellos más viejos y con más diversidad genética.
Consecuencias del cambio climático: mayor graduación alcohólica
Asimismo, algunos efectos del cambio climático en este sector provocan que los vinos sean de mayor graduación alcohólica y de menor acidez, debido a las altas temperaturas y al estrés híbrido en las vides.
Todo esto conlleva una erosión genética del cultivo y, como consecuencia, un grave peligro de extinción en las variedades autóctonas.
Cuatro subzonas en vinos de Madrid
La Denominación de Origen (D. O.) ‘Vinos de Madrid’ es una de las 91 denominaciones de origen reconocidas en España.
Cuenta con más de 9.000 hectáreas de cultivo repartidas por 70 municipios divididos en cuatro subzonas: Arganda del Rey, Navalcarnero, San Martín de Valdeiglesias y El Molar, esta última aprobada recientemente por la Unión Europea.
Las diferencias de clima y suelo se traducen en notables diferencias en la uva y en el carácter de los vinos producidos, por lo que cada subzona goza de unas características particulares.
La nueva subzona de El Molar es la única que se encuentra en el norte de la región.
Madrid es la única capital de un país que da nombre a una denominación de origen de vino.
El año pasado, la D.O. ‘Vinos de Madrid’ batió sus propios récords, con 2,3 millones de euros facturados en exportaciones y cuatro millones de botellas comercializadas.
Asimismo, la vendimia de 2018 se saldó con 16,1 millones de kilogramos de uva cosechada, un 62 % más que la del año anterior.