Los españoles comemos “hiperconectados”, rápido y en soledad. Por ello, el 62% de los encuestados afirman que podrían disfrutar más de las comidas. Así lo afirma el estudio “Cómo comen los españoles”, elaborado en la Universidad de Zaragoza.
Hace unos días se presentaron los resultados de un nuevo estudio titulado ‘Cómo comen los españoles’, realizado por el grupo de investigación interdisciplinar ‘Bienestar y Capital Social’ de la Universidad de Zaragoza. La principal conclusión de la investigación, basada en 1.500 entrevistas online a personas de entre 18 y 65 años representativos de la población española, es que más de la mitad de los españoles (62%) no disfrutamos de nuestras comidas. Los investigadores del estudio señalan algunas de las causas.
Los móviles y la televisión, invitados de honor en nuestras mesas
“En el estudio hemos observado que la tecnología está cada vez más presente en en nuestras comidas”, señala Elena Espeitx, miembro del Grupo de Investigación Bienestar y Capital Social de la Universidad de Zaragoza.
El estudio confirma que un 80% de los encuestados están pendientes del móvil mientras comen. De estos, un 60% deja el teléfono sobre la mesa cuando comen, la mayoría con sonido. Mientras las mujeres suelen estar más pendientes de este aparato tecnológico en las comidas, los hombres suelen guardarlo en el bolsillo. Sin embargo, tanto unos como otros estamos dispuestos a atenderlos en cuanto suena la señal.
Además de los teléfonos móviles, también en España comemos acompañados de la televisión. “Ya sabemos hace tiempo que la televisión tiene una presencia enorme. Al comer al mediodía el 50% de las personas la tienen encendida y por tanto están pendientes de ella”, señala la experta. Además, un 90% de los españoles ve la televisión mientras cena. El televisor suele utilizarse como un medio de distracción, aunque muchos otros lo utilizan para informarse de la actualidad.
Esta dependencia que le prestamos a la televisión y el móvil “hace que la atención a la comida disminuya muchísimo”, indica Elena Espeitx, la antropóloga social y profesora de la universidad responsable del estudio.
Los españoles comemos excesivamente rápido
Según el estudio, el 25% de los españoles en 15 minutos o menos durante la semana. Aunque si hablamos de jóvenes entre 18 y 24 años, el porcentaje de aquellos que dedican un cuarto de hora o menos a alimentarse aumenta hasta un 50%.
El principal responsable de esta excesiva rapidez a la hora de comer es el trabajo. Para 6 de cada 10 españoles, los compromisos laborales son los que más tiempo roban a sus comidas. Según los entrevistados,“las jornadas laborales son tan largas que se aprovechan esas pausas para hacer otras cosas que tiene pendientes y que no puede hacer en el horario de trabajo”, explica Espeitx.
Esta rapidez puede tener consecuencias negativas para la salud. Y es que, según recoge el estudio, más del 50% de las mujeres afirma notar alguna molestia digestiva (mala digestión, pesadez, acidez…) cuando dedica poco tiempo a comer. Además, la rapidez puede impedir que nos sintamos saciados, lo que nos lleva a comer más.
La soledad en las comidas impide disfrutarlas
La soledad también protagoniza nuestras comidas ya que comemos rodeados de aparatos electrónicos pero en ausencia de otras personas. En el caso de las grandes ciudades como Madrid o Barcelona, hasta un 40% de los trabajadores comen solos entre semana.
El componente social no es el ingrediente más habitual cuando nos alimentamos, aunque, afortunadamente, sigue teniendo importancia para nosotros. Así, lo afirman los resultados de la investigación: el 88% de los encuestados afirma dedicar más tiempo a sus comidas si se encuentran acompañados y el 67% se siente muy feliz cuando comparten mesa con la gente que quieren.
Unos deseos que poco se corresponden con nuestra realidad diaria. Probablemente por eso un 62% de los participantes creen que podría disfrutar más de sus comidas. Algo que podría cambiar “con pequeños cambios de hábito” como apagar el móvil y la televisión, señala Elena Espeitx.
“Una alimentación satisfactoria, que proporcione bienestar físico y psicológico, depende de lo que se come, por supuesto, pero también de cómo se come”. Es fundamental “hacer de la comida un acto más consciente y también más placentero” para cuidar nuestra salud pero también nuestro bienestar emocional, concluye Elena Espeitx.
