Desde el Archivo Regional de la Comunidad de Madrid han querido hacer un recorrido en imágenes de la Plaza Mayor que se inicia en 1880 y termina en nuestros días, en el que apreciamos los cambios que ha experimentado a lo largo de estos años y, con ella, la sociedad madrileña. Las imágenes que ofrecen corresponden al Fondo fotográfico Martín Santos Yubero y a la Colección ‘Madrileños’.
En 2017, se celebra el cuarto centenario de la Plaza Mayor, un Bien de Interés Cultural de Madrid, alma de la ciudad, exultante de experiencias y de tiempos. Por ello, desde el Archivo Regional de la Comunidad de Madrid han querido hacer un recorrido en imágenes que se inicia en 1880 y termina en nuestros días en el que apreciamos los cambios que ha experimentado a lo largo de estos años y, con ella, la sociedad madrileña.
Las imágenes que ofrecen corresponden al Fondo fotográfico Martín Santos Yubero y a la Colección ‘Madrileños’. Todas ellas son una ventana abierta a esta emblemática plaza, a las gentes y costumbres de un Madrid repleto de situaciones y de personajes que encontramos entre nuestros más preciados recuerdos
Los orígenes de la plaza se remontan al siglo XVI, cuando en la confluencia de los caminos (hoy en día calles) de Toledo y Atocha, a las afueras de la villa medieval, se celebraba en este sitio, conocido como «plaza del Arrabal», el mercado principal de la villa, construyéndose en esta época una primera casa porticada, o lonja, para regular el comercio en la plaza.
Proyecto de remodelación
En 1580, tras haber trasladado la corte a Madrid en 1561, Felipe II encargó el proyecto de remodelación de la plaza a Juan de Herrera, comenzándose el derribo de las «casas de manzanas» de la antigua plaza ese mismo año. La construcción del primer edificio de la nueva plaza, la Casa de la Panadería, comenzaría en 1590 a cargo de Diego Sillero, en el solar de la antigua lonja. En 1617, Felipe III encargó la finalización de las obras a Juan Gómez de Mora, quien concluirá la plaza en 1619.
La Plaza Mayor ha sufrido tres grandes incendios en su historia, el primero de ellos en 1631, encargándose el mismo Juan Gómez de Mora de las obras de reconstrucción. El segundo ocurrió en 1670 y su reconstrucción se encargó al arquitecto Tomás Román. El último de los incendios, que arrasó un tercio de la plaza, tuvo lugar en 1790, dirigiendo las labores de extinción Sabatini. Se encargó la reconstrucción a Juan de Villanueva, que rebajó la altura del caserío que rodea la plaza de cinco a tres plantas y cerró las esquinas habilitando grandes arcadas para su acceso. Las obras de reconstrucción se prolongarían hasta 1854, continuándolas, tras la muerte de Villanueva, sus discípulos Antonio López Aguado y Custodio Moreno.
En 1848, se colocó la estatua ecuestre de Felipe III en el centro de la plaza, obra de Juan de Bolonia y Pietro Tacca que data de 1616. En 1880, se restauró la Casa de la Panadería, encargándose Joaquín María de la Vega del proyecto y, ya en el siglo XX, se realizaron varias reformas, entre ellas la acometida en los años 60, cuando se procedió a una restauración general, que la cerró al tráfico rodado y habilitó un aparcamiento subterráneo bajo la plaza. La última de las actuaciones en la Plaza Mayor, llevada a cabo en 1992, consistió en la decoración mural, obra de Carlos Franco, de la Casa de la Panadería, que representa personajes mitológicos como la diosa Cibeles