Tres Cantos da un paso decisivo hacia la convivencia plena con la presentación de un estudio que analiza la realidad de los vecinos con discapacidad y sus familias. Este diagnóstico revela que, aunque la ciudad destaca por su buena accesibilidad física, aún persisten retos importantes en materia de empleo y apoyo a los cuidadores.
El municipio ha dado a conocer los resultados de un exhaustivo análisis que servirá como cimiento para el que será su primer Plan Integral de Personas con Discapacidad. Este documento no es un simple listado de datos, sino un reflejo fiel de la situación actual que viven muchos vecinos. El estudio confirma que el número de personas con discapacidad en la ciudad ha experimentado un crecimiento en los últimos años, mostrando además un perfil muy diverso que requiere respuestas específicas.
Uno de los datos más significativos es que más de la mitad de este colectivo son mujeres. En cuanto a los tipos de discapacidad, la mayoría de los casos registrados son de carácter físico, aunque el informe pone el foco en que cerca de un tercio de las personas presenta discapacidad intelectual o problemas de salud mental. En una proporción menor, pero igualmente relevante para el diseño de servicios, se encuentran las discapacidades de tipo auditivo y visual. Este escenario obliga a la administración local a repensar las políticas de apoyo para cubrir un abanico de necesidades cada vez más amplio.
La brecha laboral y la calidad del empleo
Uno de los puntos más críticos que destaca el diagnóstico es la situación del mercado de trabajo. A pesar de los esfuerzos por la integración, el desempleo ha ganado terreno entre las personas con discapacidad de Tres Cantos, pasando de afectar a 3 de cada 100 personas a 5 de cada 100 en un periodo de solo dos años. Esta tendencia preocupa especialmente porque se suma a otra realidad difícil de ignorar: la desigualdad salarial.
El informe señala que los sueldos son sensiblemente más bajos en comparación con el resto de la población, lo que genera una barrera económica directa para que estas personas puedan costearse los apoyos técnicos o humanos que necesitan en su día a día. Además, se observa que los puestos de trabajo a los que acceden suelen ser de menor calidad, lo que evidencia que todavía queda mucho camino por recorrer para que la inclusión laboral sea real y no solo un propósito sobre el papel.

La realidad de las familias y el peso de los cuidados
Detrás de cada persona con discapacidad hay un entorno familiar que, en muchas ocasiones, vive situaciones de gran presión. El estudio revela que las familias y los cuidadores, que en su gran mayoría son mujeres, sufren una falta de apoyos que condiciona su bienestar y el de sus allegados. Esta carga de cuidados no solo genera estrés, sino que se convierte en un obstáculo para que las personas con discapacidad logren una vida independiente.
Es especialmente revelador que casi la mitad de los encuestados sienta que no tiene oportunidades reales para desarrollar su propio proyecto de vida. Este sentimiento de estancamiento subraya la necesidad de que el futuro plan municipal no solo se centre en la accesibilidad de las calles, sino también en programas que fomenten la autonomía personal y den un respiro necesario a quienes dedican su vida al cuidado de los demás.
Luces y sombras en la accesibilidad del municipio
Tres Cantos recibe una valoración alta en cuanto a la accesibilidad de sus espacios públicos. El trabajo realizado en calles, edificios y parques es reconocido por los vecinos, destacando también los avances en herramientas como la Lectura Fácil y las mejoras en accesibilidad visual y auditiva. Sin embargo, el informe advierte que no basta con eliminar bordillos; la «accesibilidad invisible» sigue siendo una asignatura pendiente.
Existe todavía una falta de sensibilización hacia condiciones como el autismo o la baja visión, que no siempre son evidentes a simple vista pero que condicionan totalmente la interacción con el entorno. Aunque los comercios locales están haciendo esfuerzos por adaptarse, persisten situaciones de discriminación en ámbitos fundamentales como el transporte, la educación y el ocio. El diagnóstico indica que los servicios municipales existen, pero a menudo se infrautilizan por un problema básico: la falta de información o las dificultades para acceder a ellos.
Educación y programas que marcan la diferencia
En el plano positivo, el estudio valora muy favorablemente la existencia de aulas TEA en varios colegios e institutos de la localidad, un recurso esencial para el alumnado con autismo. También se destaca el papel de programas como «Así Mejor», que de lunes a viernes ofrece talleres y formación a personas con discapacidad intelectual, convirtiéndose en un referente de actividad y convivencia.
La red asociativa de la ciudad también sale reforzada en este análisis. El tejido de asociaciones de personas con discapacidad y sus familias es fundamental, trabajando codo con codo con el Ayuntamiento para que nadie se quede atrás. Sin embargo, para que este esfuerzo sea eficaz, el diagnóstico concluye que es urgente aumentar la oferta de viviendas adaptadas y mejorar la calidad de los programas de formación para el empleo.
El camino hacia una ciudad sin barreras sociales
Las conclusiones finales de este estudio marcan la hoja de ruta para los próximos años. Para ello, el informe insta a eliminar las barreras que aún persisten, no solo físicas sino también sociales y comunicativas. Se hace especial hincapié en la necesidad de formar a los profesionales y sensibilizar a toda la sociedad tricantina para que la empatía sea la norma.











