La comunidad de los llamados “seriéfilos” aumenta, junto a las historias, cada vez más parecidas al contenido del cine, y los problemas que pueden hacer que cualquiera pierda el interés de la noche a la mañana. Pocos se toman en serio el fenómeno spoiler, hasta que se tienen que enfrentar a él como enemigo.
Las series de televisión han ido poco a poco haciéndose un hueco en el corazón de las personas. Uno de los temas más discutidos últimamente es si el cine se ha trasladado a lo que llamamos “la pequeña pantalla”. Los argumentos a esta polémica son numerosos.
Aún quedan fieles a las historias que empiezan y acaban en tres horas como mucho. Sin embargo, cada vez más son las personas que prefieren argumentos y tramas kilométricas, que nunca se acaban y nunca te abandonan.
¿Son las series de televisión el futuro?
Todo el mundo se ha acostumbrado a comer con la cabecera de “Los Simpson” sonando por detrás y “Friends” se ha consolidado como un referente casi universal de cualquiera que viva en el mundo. Siempre han estado ahí, nadie se pregunta cuándo entraron en sus vidas, pero el último capítulo, si es que llega algún día, es el más esperado y temido a la vez.
Durante los últimos años se ha empezado a explotar esa audiencia que busca rellenar el silencio de sus tardes o matar el tiempo de los domingos interminables. Poco a poco, han ido llamando su atención, para que dejaran abandonadas las tareas que estuvieran haciendo y se engancharan al televisor, hasta que por fin, han conseguido convertirse en el punto de atención.
El problema es que un público pendiente de lo que está sucediendo en la ficción, significa un público exigente, que no quiere perder el tiempo en malos argumentos.
La demanda de contenidos de calidad ha creado series valoradas incluso mejor que muchas películas. “Mr. Robot”, “Breaking Bad”, “Peaky Blinders”, “Los Soprano”, “Sons of Anarchy”, “Utopía”, son numerosos los nombres que han creado la expresión “cine en la pequeña pantalla”. Muchas costumbres de producción de la industria cinematográfica se han trasladado al de las series. Estrellas de cine consagradas participan incluso en un buen número de ellas.
Sin embargo, también ha creado un nuevo fenómeno que se ha descontrolado. Puede suponer el beneficio de muchas personas pero ¿cuáles son los límites?
Fenómeno serie
El domingo 19 de junio de 2016, el canal de televisión HBO emitió el noveno capítulo de la sexta temporada de la serie “Juego de Tronos”; tres días más tarde, el 22 de junio su valoración en la página IMBD era de 10 redondo. 82.082 personas alrededor del mundo opinan que los 55 minutos que dura el episodio se merecen la máxima puntuación, un caso solo igualado por “Breaking Bad”. La cantidad de espectadores que tiene la serie es considerable, pero no el número más abrumador relacionado con el trono de hierro.
Sus actores protagonizaron la sección de cultura en la mayor parte de los medios los últimos días. La causa: una sustanciosa subida de sus sueldos para las temporadas venideras. Ser de las mejores consideradas y obtener tanta popularidad con una rapidez pasmosa puede convertirse en factor importante para crear todo tipo de fenómenos.
Las apuestas para ganar dinero a base de acertar el nombre de la próxima muerte es uno de los más vistosos. Uno de los actores que encarna a un personaje principal cuenta con tono humorístico cómo se libró de una sanción de tráfico a costa de desvelar algunos secretos aún no publicados al policía que intentaba multarle.
La industria crece más y más, a un ritmo descontrolado e imparable. Debe adaptarse a la situación y en la mayoría de los casos, esta es bastante surrealista, lo que no quiere decir que no suponga un problema.
El miedo al spoiler
La necesidad de aumentar el sueldo a sus estrellas no es la más escandalosa. A medida que las series han ido ganando terreno, se han tenido que enfrentar a más dificultades y una de ellas es la ansiedad de los consumidores y seriéfilos de conocer nuevos detalles de la historia incluso antes de que sea publicada.
La serie más famosa de zombies de la FOX, “The walking dead” ha optado por grabar 11 veces la misma escena ¿La diferencia? En cada una muere alguien diferente. De esta forma, ni siquiera el equipo conoce la decisión final. Esta treta para evitar filtraciones supone trabajar de más, con los gastos que conlleva
¿Cómo de grave es el problema para que estén dispuestos a hacerlo?
“The walking dead” es conocida por las dificultades que tiene para conservar la información de lo que sucede durante el rodaje, llegando incluso a grabar a escondidas u ocultar la apariencia física de sus actores para que nadie pudiera adivinar lo que estaba sucediendo en la historia a partir de ello.
Como ya hemos contado con anterioridad, existe gente que utiliza el spoiler para gastar bromas o vengarse. En Estados Unidos ha nacido la aplicación que manda mensajes automáticos al momento de salir el episodio y en Francia un profesor ha llegado a castigar a sus alumnos escribiendo en el encerado los nombres de las muertes más importantes.
¿Es cine en la “pequeña pantalla”?
Se ha desarrollado todo un sistema que va más allá del propio disfrute de las tramas y argumentos varios que uno se puede encontrar. No hace mucho, el merchandising era prácticamente la única cosa externa a la serie con la que se podía obtener beneficio, pero eso ha cambiado. La tremenda popularidad “repentina” tiene su lado oscuro y esto puede suponer una clara desventaja en cuanto al cine.
Una vez que entras en la sala y se apagan las luces, la historia nace y se muere antes de volver a la realidad y atravesar la puerta de salida. En cambio, uno de los cometidos de los equipos de la “pequeña pantalla” es guardar los secretos durante capítulos y temporadas, lo que puede suponer semanas e incluso años. Esto hace que la elaboración del producto sea diferente y a pesar de que en sí la calidad audiovisual esté al mismo nivel haga plantearse si se puede calificar como cine. Quizás seamos los propios espectadores y la manera de tratar y apegarnos a las series para hacerlas nuestras, los que impedimos que estén a la altura de una buena película.
