Explotación, violencia sexual, abusos y detenciones son algunos de los peligros que enfrentan los niños y las mujeres que transitan la ruta migratoria del Mediterráneo central, un viaje que se inicia en las costas de Libia y que tiene como destino Italia.
Estos fueron los hallazgos de un informe del Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF) elaborado con testimonios de menores y mujeres que emprendieron la travesía. El estudio reveló que tres cuartas partes de los niños entrevistados sufrieron hostigamiento o violencia por parte de adultos, mientras que casi la mitad de mujeres y menores denunciaron abusos sexuales durante el trayecto.
La directora regional para Europa de UNICEF, Afshan Khan, destacó que la ruta del Mediterráneo central está bajo control de contrabandistas y traficantes, y se mostró especialmente preocupada por las condiciones que sufren las mujeres y los niños en Libia.
“Entre los 256.000 migrantes registrados en Libia a finales de 2016 había más de 30.000 mujeres y 23.000 niños, de los cuales la tercera parte no iban acompañados, aunque las cifras reales podrían ser tres veces mayores. Casi la mitad de las mujeres reportó haber sufrido violencia sexual o abusos y la mayoría de los niños sufrieron abusos verbales o emocionales”, dijo Khan.
Ante esta situación, UNICEF presentó un plan de acción a favor de los niños desarraigados y exhortó a los gobiernos y a la Unión Europea a aprobarlo y adoptarlo. Entre las medidas se busca proteger a los menores contra la explotación y violencia, en especial a los que viajan solos; finalizar la práctica de detener a niños migrantes o refugiados; conservar unidas a las familias y darles acceso a los servicios de salud y aprendizaje.
De las más de 4.500 personas que fallecieron cruzando el Mediterráneo el año pasado, UNICEF estima que por lo menos 700 eran niños.