Varias asociaciones vecinales, plataformas, entidades de defensa del medioambiente, partidos políticos y personas a título individual han mostrado su rechazo al futuro aparcamiento disuasorio que el Ayuntamiento de Madrid tiene previsto construir, a partir del próximo otoño, en el barrio de Tres Olivos, en el distrito madrileño de Fuencarral-El Pardo.
El nuevo equipamiento, ya aprobado por la Junta de Gobierno municipal, tendrá un coste cercano a los 15 millones de euros, ubicándose junto a la estación de metro que da nombre al barrio, y contando con una ocupación de 478 plazas de estacionamiento, en una actuación proyectada en un plazo de 16 meses, afectando a cerca de 15.000 m2 de superficie, distribuidos en cuatro plantas bajo rasante.
Las asociaciones vecinales argumentan varios motivos para fundamentar esta oposición a los planes del Ayuntamiento.
Un coste desmesurado e impacto medioambiental
Fernando Mardones, presidente y portavoz de la Asociación Vecinal Barrio de Montecarmelo, ubicado junto a Tres Olivos, ha señalado: “no sólo el coste es desmesurado y fuera de toda realidad, sino que el impacto sobre el tráfico en la zona va a ser totalmente negativo, ya que ambos barrios estamos únicamente conectados por una pasarela sobre la carretera M607, de un solo carril por dirección, infraestructura que lleva años colapsándose diariamente en las horas punta de entrada y salida a las zonas residenciales, comerciales, deportivas y de ocio existentes en Tres Olivos y Montecarmelo. Además, el Ayuntamiento debería apostar por una movilidad sostenible, de acuerdo con políticas de respeto y cuidado del medio ambiente, al igual que están haciendo las grandes capitales europeas, promoviendo y mejorando el transporte público, y no incentivando el uso del coche en la entrada a la ciudad”.
¿Cuál es la demanda real de este aparcamiento?
La misma asociación vecinal ha anunciado que va a solicitar al ayuntamiento madrileño información pública en relación, no solo a que se justifique la necesidad del proyecto a efectos de demanda, sino a que se definan los usuarios potenciales del equipamiento, que se realice un estudio realista y objetivo del impacto sobre el tráfico en la zona y que se valoren los efectos que tendrá sobre la calidad del aire y sobre las zonas verdes afectadas por esta infraestructura.
En concreto, han solicitado conocer aquella documentación técnica que soporte la necesidad, incluyendo los flujos de vehículos distribuidos por horas en un día, capacidad de los accesos actuales y futuros, etc., para ver el posible colapso, en su caso.
Para Mardones “el Ayuntamiento del señor Martínez Almeida debería resolver la muy mejorable política de transporte público de la zona, donde nos encontramos con cuatro barrios que, aún unidos de manera sucesiva – Las Tablas, Tres Olivos, Montecarmelo y Arroyo del Fresno – , no cuentan con una línea de autobús transversal que los conecte, ni que los acerque a las estaciones de Renfe de Fuencarral o Pitis (a los tres primeros). Todo esto, sin citar el famoso transbordo de la línea 10 de metro en Tres Olivos, que obliga a las personas usuarias a cambiar de andén en sus trayectos dirección norte o de entrada a Madrid ciudad con el consiguiente perjuicio que tiene al desincentivar el uso del suburbano regional”.
Las asociaciones vecinales y resto de entidades no descartan realizar alguna acción colectiva al respecto para intentar frenar los planes del Ayuntamiento.