Así se vive la Fiesta del Albariño en Cambados: vino, música y una villa volcada con su tradición

Cambados convierte el vino albariño en emblema de cultura, turismo y orgullo gallego con una fiesta que combina tradición, arte y sabor.

Fiesta del Albariño en Cambados: la tradición gallega que convirtió un vino en leyenda

El corazón del vino blanco más célebre de Galicia late con fuerza cada verano en Cambados. Lo que comenzó como un modesto certamen vitivinícola en 1953, es hoy una fiesta declarada de Interés Turístico Nacional y que simboliza el alma vinícola de las Rías Baixas.

Un brindis con historia: ¿Cómo nació la Fiesta del Albariño?

En plena posguerra, cuando Galicia aún luchaba por recuperar su tejido económico y cultural, un grupo de cambadeses encabezado por Bernardino Quintanilla, médico y gran defensor del patrimonio local, decidió organizar una cata amistosa entre amigos para determinar qué albariño era el mejor del año. Aquella reunión informal, celebrada en los jardines del Pazo de Torrado, plantó la semilla de lo que hoy es una de las fiestas vinícolas más emblemáticas de España.

Eran tiempos en los que el vino albariño todavía no tenía denominación de origen, ni fama internacional. Pero los productores locales intuían que aquel vino blanco, afrutado, de marcada acidez y frescura atlántica, tenía potencial para conquistar paladares mucho más allá del valle del Salnés. El certamen fue creciendo, incorporando primero a bodegas de la comarca, después a toda Galicia y finalmente atrayendo a viticultores, catadores y enoturistas de medio mundo.

Tradición, orgullo y mucho vino: ¿Qué la hace única?

Más allá del concurso de cata, la Fiesta del Albariño es un acontecimiento transversal que involucra a todo Cambados. Durante la primera semana de agosto, las calles del casco histórico se llenan de casetas de degustación, conciertos, pasacalles, desfiles de gigantes y cabezudos, exposiciones, regatas, espectáculos de fuegos artificiales y hasta verbenas que se prolongan hasta altas horas de la madrugada.

Uno de los momentos más esperados es la lectura del pregón desde el balcón del ayuntamiento, donde cada año una personalidad destacada del mundo de la cultura, el periodismo o la política celebra la pasión por el vino y el alma de Galicia. Figuras como Camilo José Cela, Álvaro Cunqueiro o, más recientemente, Cristina Castaño y Pepe Solla han sido pregoneros de este rito que mezcla solemnidad y jolgorio.

El desfile de las cofradías del vino, con trajes tradicionales, estandartes y rituales propios, añade ese aire de ceremonia que refuerza el carácter simbólico de la fiesta. Cada edición finaliza con la entrega de premios a los mejores albariños del año, elegidos por un jurado profesional.

Cambados, capital mundial del Albariño

No es casual que Cambados sea el epicentro de esta celebración. Esta villa marinera, declarada Conjunto Histórico-Artístico, está rodeada por viñedos que miran al mar, donde la uva albariña encuentra su equilibrio perfecto entre brisa salina, niebla y suelos graníticos. La ubicación privilegiada y el saber hacer centenario de sus bodegueros han convertido a este pequeño municipio pontevedrés en el emblema de la Denominación de Origen Rías Baixas.

La fiesta no solo ha contribuido a popularizar el vino, sino que ha dinamizado toda la economía local. Durante esos días, Cambados multiplica su población con la llegada de turistas nacionales e internacionales, enoturistas, sommeliers y curiosos que buscan disfrutar de una experiencia sensorial completa: vino, música, gastronomía, patrimonio y paisaje.

Anécdotas que marcan una leyenda

A lo largo de sus más de 70 años de historia, la Fiesta del Albariño ha vivido momentos curiosos y entrañables. Uno de los más recordados fue el brindis colectivo de 1988, en el que más de 2.000 personas alzaron sus copas en la plaza de Fefiñáns para celebrar la creación oficial de la Denominación de Origen Rías Baixas, un hito que marcó un antes y un después para los viticultores gallegos.

También es famosa la edición de 1996, cuando una tormenta de verano obligó a improvisar la entrega de premios dentro de una bodega. Lejos de deslucir el acto, el ambiente íntimo y cargado de aroma a mosto lo convirtió en uno de los momentos más especiales de la historia reciente del certamen.

¿Qué representa hoy esta fiesta para Galicia?

Más que una celebración popular, la Fiesta del Albariño es una afirmación de identidad. Representa el orgullo de un territorio que ha sabido convertir su vino en motor cultural, económico y turístico. Cada copa servida en las calles de Cambados es un homenaje a generaciones de viticultores que, con mimo y paciencia, han elevado la uva albariña al podio del vino blanco europeo.

«El albariño no es solo un vino, es un carácter, una forma de entender la vida, de disfrutar el presente», afirmaba un bodeguero local en la última edición. Y es precisamente esa fusión entre producto y territorio, entre tradición y modernidad, la que ha convertido esta fiesta en un fenómeno sin fronteras.

Con cada edición, la Fiesta del Albariño reafirma su lugar como el gran escaparate de la Galicia más auténtica y hospitalaria. Una cita que no solo embriaga el paladar, sino también el alma.

Angel Sánchez Carbonell
Angel Sánchez Carbonell
Ángel Sánchez Carbonell - Director de Crónica Norte. Desde hace 37 años dedicado profesionalmente a la información y entretenimiento (TVE, Onda Cero, Tele Cinco, COPE...) Pero ante todo: un enamorado de la geografía de la península Ibérica. Montañero y apasionado por la enología y el mundo del vino, Miembro de la Unión Española de Catadores. Cuando la vida me lo permite señalizo caminos naturales como Técnico de Senderos de la Escuela Española de Alta Montaña. (EEAM) Pero sobre todo me pierdo por ellos...

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img

Puede Interesarle...

pronto descubrirás aquí algo nuevo...!!!