El auge de los juegos de mesa, la respuesta analógica a la saturación digital

¿Qué es lo que atrae de nuevo al público a desplegar un tablero y lanzar dados? La respuesta apunta a un cambio de valor. Noemí Blanch de la Cueva, profesora colaboradora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), lo explica con claridad. En un mundo hiperconectado, lo especial y lo diferente ha pasado a ser, paradójicamente, lo analógico. «Durante un tiempo, la tecnología era lo novedoso y lo que nos ofrecía otras experiencias muy distintas en el día a día, pero ahora lo analógico es lo especial», asegura.

Este atractivo se centra en la experiencia tangible y el contacto humano directo. Los consumidores están volviendo a valorar los componentes, los materiales agradables al tacto y el diseño original de los juegos. Blanch destaca que es «toda una experiencia háptica y de mirarnos a la cara en un momento en el que las familias seguramente ya no se reúnen para ver la televisión y ni siquiera para comer o cenar, porque tienen horarios muy distintos«.

El juego como espacio de conexión familiar

El núcleo de esta renovada afición se encuentra en la búsqueda de momentos de calidad compartida. Los juegos de mesa proporcionan esa oportunidad valiosa para la convivencia. La experta de la UOC señala que esta actividad «puede generar un espacio familiar en el que queden fuera las obligaciones, como el trabajo o los estudios, y también queden fuera los conflictos para que sea un momento agradable y de disfrute para toda la familia».

El incremento en la popularidad es evidente, no solo en los hogares. La propia profesora subraya que la afición por los juegos de tablero «ha aumentado su popularidad, tanto en las aulas como en el ocio».

Una industria en crecimiento y diversificación

El sector ha sabido captar y capitalizar esta necesidad del público, con cifras que lo confirman como una industria sólida y en expansión. Solo en España, la facturación alcanzó los 150 millones de euros en 2023, marcando un crecimiento del 7 % respecto al ejercicio anterior. A nivel global, este mercado supera los 14.000 millones de dólares anuales, con proyecciones de rozar los 16.000 millones para 2025.

Este crecimiento se acompaña de una gran creatividad en la producción. «Estamos viviendo un momento en el que, claramente, hay más juegos de mesa. Podemos decir que ha aumentado su popularidad, tanto en las aulas como en el ocio. Es un momento de auge en el sector,» comenta Blanch, destacando que se publican muchos títulos con distintas propuestas en cuanto a temáticas y mecánicas.

«En juegos de mesa se ve un perfil mucho más diverso: cada vez más se parecen a la sociedad», asegura la experta, indicando que ya no existe un perfil único de aficionado.

Pequeños estudios, gran innovación

Aunque grandes multinacionales como Hasbro o Mattel siguen dominando parte del mercado, los pequeños estudios y editoriales se están consolidando como una competencia firme. El sector está apostando por el nicho para innovar. Esta proliferación de títulos genera, a su vez, una mayor variedad. Sin embargo, Blanch advierte de un posible «riesgo», que es el de un ciclo de vida más corto para algunos lanzamientos, dada la cantidad de novedades que llegan a las tiendas.

La industria se mueve a pleno rendimiento. Esto se nota en las estrategias de marketing, con la búsqueda de viralizar los títulos en redes sociales a través de influencers y creadores de contenido. Las tiendas especializadas, a menudo desconocidas para el gran público, son un punto clave donde el simple hecho de «pasear entre cajas que contienen historias desconocidas se convierte en una experiencia en sí misma«, reivindicando el valor de la compra física.

Convergencia, no conflicto: juegos de mesa y videojuegos

Es importante destacar que este fenómeno no implica un retroceso para el mundo digital. La experta rechaza la idea de una confrontación entre ambos formatos. «Yo huyo del falso dilema entre videojuegos y juegos de mesa. Es un público compartido: mucha gente juega a juegos de mesa y a videojuegos. No es una cuestión de elegir; al final, estamos jugando», puntualiza.

El atractivo principal del juego de tablero es la búsqueda de la experiencia de «estar» juntos. Además, es un motor para la interacción: «se generan conversaciones. Es decir, estamos jugando y el juego tiene unas dinámicas y mecánicas que vehiculan un momento de compartir y de hablar entre las personas», detalla la profesora.

Paula de Marcos Aragón
Paula de Marcos Aragónhttp://www.cronicanorte.es
Paula de Marcos Aragón, periodista, licenciada en Ciencias de la Información y vecina de Algete. Es redactora en Crónica Norte desde 2021.

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