Conseguir un precio más barato a la hora de alquilar una vivienda no es algo sencillo pero se puede conseguir siguiendo algunos consejos. Además de negociar el precio de la vivienda, debemos fijarnos en otras características que harán variar el precio del alquiler.
Para alquilar una vivienda debemos tener muy claro que todos los papeles están en regla para que la vivienda se pueda alquilar. Para ello, debemos leer bien el contrato de alquiler antes de firmarlo. En el contrato deben aparecer qué gastos que corren a cuenta del inquilino y cuáles a cuenta del propietario.
Para eso se debe saber quién pagará las facturas de luz, agua y gas, por ejemplo, o la comunidad de vecinos. En caso de que sea una vivienda nueva, hay que saber quién paga los enganches de la luz y el agua, étc. Se debe hablar entre la persona que va a alquilar y el propietario y acordar quién y de qué forma se hace cargo de estos gastos.
La energía que consumimos también puede ser motivo que haga aumentar el precio del alquiler. No costará lo mismo si es eléctrico, gas o butano; también debemos tener claro qué tipo de energía se tiene y qué gastos conlleva.
Los impuestos de la vivienda suelen correr a cuenta del propietario (IBI, basuras, etc) aunque, en cualquier caso, es totalmente negociable. Para reducir el precio del alquiler será mejor buscar una vivienda que no los incorpore.
Lo más importante a la hora de buscar un piso o una casa de alquiler es no tener prisa y tener paciencia. Sin estas dos características, alquilaremos un piso o casa sin haber consultado todo de forma detallada y sin ampliar la búsqueda a otras ofertas que puedan estar mucho mejor o ser más asequibles.