En un estudio reciente, el equipo del Museo Nacional de Ciencias Naturales ha comprobado cómo el incremento de la temperatura y la velocidad del viento y la reducción en las precipitaciones afectó a la abundancia de algunos parásitos
Según informa la agencia SINC, la observación y el estudio durante una década de una población de herrerillo común, Cyanistes caeruleus, en los pinares de Valsaín (Segovia) ha permitido a un equipo de investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid (MNCN-CSIC) confirmar los cambios ambientales que se han producido en la zona y analizar cómo han afectado a la abundancia de los parásitos que infestan a estas aves.
El análisis de los datos obtenidos confirma que tanto la temperatura como la velocidad del viento han aumentado en esta zona del sistema central al tiempo que se han reducido las precipitaciones. Las nuevas condiciones han favorecido el aumento de la presencia de jejenes, Culicoides spp., moscas negras, Simuliidae y pupas de mosca, Protocalliphora azurea, mientras que la de los ácaros Dermanyssus gallinoides y pulgas Ceratophyllus gallinae, ha disminuido. Los jejenes y los ácaros actúan como vectores de los parásitos sanguíneos Haemoproteus y Lankesterella respectivamente.
Con esta investigación han podido comprobar cómo las infecciones por Lankesterella parecen producirse principalmente cuando las aves son polluelos en el nido mientras que las provocadas por Haemoproteus se desarrollan principalmente en aves de al menos un año de edad que ya abandonaron el nido. Este trabajo es una prueba más de cómo los cambios ambientales, que se producen cada vez a mayor velocidad, afectan de manera directa a todos los sistemas naturales.