Del 7 al 30 de mayo llega a El Molar la exposición `la Oficina en la Era del Modernismo´, dedicada a algunos de los inventos que nacieron para facilitar el trabajo y que terminaron cambiando la vida de los trabajadores para siempre.
La exposición, de Ignacio Martin-Salas Valladares, estará ubicada en Sala de exposiciones de Oficina de turismo de El Molar y podrá visitarse con cita previa, reservando en los teléfonos 918412537 – 661429950, en horario de 8:30 a 14:30h o escribiendo a oficinaturismo@elmolar.org
`La Oficina en la Era del Modernismo´
`La Oficina en la Era del Modernismo´ muestra algunos de esos inventos, que nacieron para facilitar el trabajo y que terminaron cambiando las vidas para siempre. La producción en serie, el nuevo modelo de trabajo o la irrupción del diseño, son algunas de las ideas y conceptos que estarán presentes a lo largo de la muestra. Además de su influencia sobre la sociedad, que percibió una publicidad asociada a un bienestar nunca visto, pero que ocultaba un futuro insostenible.
Los cambios sociales motivados por las revoluciones industriales y liberales, son probablemente los más importantes y traumáticos que sufre la humanidad desde el periodo neolítico. Si la Primera Revolución Industrial afecta exclusivamente a Inglaterra y algunas regiones de Europa central, la segunda tiene como escenario a toda Europa, Estados Unidos y Japón.
Era del modernismo
Las innovaciones tecnológicas, que se canalizan para optimizar la cadena productiva, llevaron a las fabricas a un crecimiento nunca visto, y ante este crecimiento se hizo necesaria una sección administrativa acorde a ese volumen. Esta sección se ve también sobrecargada por un aumento de la burocracia, disposiciones legales, patentes, etc.

Para poder gestionar correctamente todo este volumen de trabajo, el administrativo necesitaba asistencia tecnológica que posibilitara un trabajo más eficiente y legible. La idea de productividad en la fábrica también alcanzó a su parte administrativa.
El siglo XIX y las primeras décadas del XX, son el escenario de grandes inventos y enormes expectativas, pero también es un periodo convulso y lleno de incertidumbres, el binomio trabajo-sociedad se empieza a ver alterado y surgen nuevos problemas, tensiones y desequilibrios.
En la artesanía tradicional el artífice está vinculado a la obra final, de la cual va a obtener un reconocimiento. Al contrario que en la cadena productiva, donde el operario queda desvinculado del producto final y por tanto no puede optar a ese reconocimiento. Esto, en cierta manera, también afecta al administrativo, pues el pendolista que deja su impronta en la escritura se ve ahora desplazado por las letras impresas y estandarizadas de las máquinas de escribir y los caracteres de las numeradoras.