¿Hasta qué punto soportarán los sensores y objetos conectados en red la creciente demanda que generamos las personas? Con la irrupción de las nuevas tecnologías y el Internet de las cosas cabe cuestionarse el soporte que tendrán estas “smart city” para el año 2020.

Actualmente vivimos en una sociedad de urbe inteligente donde prácticamente todo está en una conexión permanente: parkings inteligentes, iluminación, energía, tráfico, residuos, etc. Gracias a esta red de interconexión, hay miles de millones de dispositivos conectados entre sí.
Las ciudades inteligentes son uno de los principales catalizadores del Internet de las Cosas, existiendo en la actualidad unos 16.000 millones de dispositivos conectados en la actualidad y 50.000 millones previstos para 2020.
La incertidumbre surge cuando estos dispositivos van cada vez en mayor aumento, todos necesitan enviar y recibir datos en tiempo real, provocando una enorme presión sobre las redes de estas ciudades, como ha indicado TicBeat.
“Las redes juegan un papel esencial en el Internet de las Cosas (y en las smart cities en concreto), ya que deben proporcionar una infraestructura inteligente, escalable, gestionable y segura que pueda soportar los miles de millones de conexiones de dispositivos que recopilan datos, que deben ser analizados posteriormente”, ha explicado el director de internet os Everything en Cisco España, Ignasi Errando.
Cisco prevé que una ciudad inteligente con un millón de habitantes generará nada menos que 180 millones de Gigabytes de datos diarios en 2019.
Sobrecarga de la red
Ante este panorama en el que los datos a transmitir se multiplican de forma exponencial y a un ritmo mucho mayor que el despliegue de nuevas redes de comunicaciones, Ignasi Errando cree que la solución radica en que las redes móviles tanto celulares (GPRS, 3G, LTE, etc) como WiFi deben combinarse con nuevas redes.
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