Un estudio liderado por la española Aida Gómez-Robles -Universidad George Washington (EE UU)- ha demostrado que no existe ningún vínculo entre la evolución del tamaño del cerebro y el de los dientes en los homininos. Además, el equipo de Gómez-Robles ha interpretado que los cambios en la evolución dental y endocraneal se produjeron debido a factores ecológicos o relacionados con el comportamiento.
Los estudios antropológicos siempre han establecido la existencia de una relación entre la evolución del cerebro y de los dientes en los homininos -en cuanto a tamaño y forma-. La explicación que ofrecían estaba relacionada con la consecuencia de que la mayor capacidad craneal de los los antepasados más lejanos del Homo sapiens les permitió crear herramientas de piedra y, al usar esas herramientas, se redujo la necesidad de unos dientes más preparados para masticar. Sin embargo, varios estudios han demostrado que los homininos ya creaban herramientas cuando el tamaño de su cerebro era más pequeño; o que el tamaño de sus dientes se redujo después del crecimiento de su cerebro.
Ahora, gracias a un estudio liderado por la española Aida Gómez-Robles -Universidad George Washington (EE UU)- se ha podido demostrar que no existe ningún vínculo entre la evolución del tamaño del cerebro y el de los dientes en los homininos.
Los resultados del trabajo han sido publicado en la revista PNAS y dejan ver que el tamaño y la forma del cerebro evolucionó a diferente velocidad en el género Homo, a diferencia de la evolución de los dientes, que sí se hizo a un ritmo similar. Además, el equipo de Gómez-Robles ha interpretado que los cambios en la evolución dental y endocraneal se produjeron debido a otros factores ecológicos o relacionados con el comportamiento.
Gómez-Robles destacaba a la Agencia Sinc que “este resultado no es sorprendente si pensamos en la enorme complejidad funcional del cerebro frente a la relativa sencillez de los dientes. La evolución dental en las especies más modernas del género Homo implica una gran reducción que se manifiesta de distintas formas“.
Según la experta, “en el cerebro el aumento de tamaño está asociado con unos patrones complejísimos de cambio alométrico –aumento relativo de ciertas áreas y reducción relativa de otras– que a su vez tienen consecuencias funcionales más complejas todavía”, destaca.
Hipótesis de otros estudios
El trabajo de Gómez-Robles no ha entrado a estudiar los motivos que puedan explicar esos cambios. Sin embargo, la científica se sí se ha remitido a otros estudios para especular sobre esas causas y apunta la hipótesis relacionada con que el aumento del tamaño cerebral esté relacionado con cambios en el desarrollo que afectaron de forma muy fuerte a la estructura social y el comportamiento de los homininos. “En cualquier caso, estas son solo hipótesis que no abordamos en nuestro estudio y que requerirían de otros trabajos para ser probadas”, afirma.
La investigación se basa en el estudio de las tasas evolutivas de ocho especies de homininos, analizando las diferencias entre ellos. De esta manera, los científicos han medido y comparado los momentos en los que, tanto el cerebro como los dientes, evolucionaron en las diferentes ramas del árbol de la evolución humana.