Cuatro activistas de Greenpeace han logrado eludir un dispositivo de seguridad y acceder a una plataforma petrolífera de la compañía británica Cairn Energy en Groenlandia. Los cuatro voluntarios se han descolgado de la plataforma y quedaron suspendidos a 15 metros sobre el mar, lo que ha obligado a paralizar las labores de perforación.
Los escaladores cuentan con tiendas de campaña y víveres suficientes para permanecer suspendidos durante varios días.
Según ha manifestado uno de los activistas participantes en la acción, el estadounidense Sim McKenna, «es necesario mantener a las empresas energéticas fuera del Ártico y acabar con la adicción al petróleo, por eso vamos a frenar la actividad de esta plataforma de perforación durante el tiempo que podamos. El desastre de BP en el golfo de México ha demostrado que hay que buscar alternativas al petróleo. Esta plataforma es la que puede desatar la fiebre del petróleo en el Ártico, lo que supone una gran amenaza para el clima y pone este frágil entorno en riesgo».
Por su parte, Jon Burgwald, un activista de Greenpeace a bordo del Esperanza, situado a un kilómetro de la plataforma, ha declarado: «En lugar de dejar que las compañías petroleras perforen en busca de la última gota de petróleo en lugares vírgenes como el Ártico, nuestros gobiernos deben impulsar el desarrollo de fuentes de energía renovable necesarias para combatir el cambio climático y reducir nuestra dependencia de combustibles sucios”.