La Empresa Municipal de Transportes de Madrid ha desvelado sus planes para la construcción de una innovadora planta de repostado de hidrógeno para la ciudad de Madrid.
El director gerente de la EMT, Alfonso Sánchez, ha adelantado los ambiciosos planes futuros para la construcción de una planta de repostado de autobuses propulsados por pila de hidrógeno en el Centro de Operaciones que la empresa municipal tiene en el barrio de Entrevías. Esta instalación empezará a funcionar, previsiblemente, durante el primer trimestre de 2023.
Pionera en nuestro país
Esta hidrogenera, pionera en nuestro país, contempla también la instalación de una planta fotovoltaica para la generación de electricidad a partir de fuentes renovables de forma que la producción de hidrógeno ‘verde’ se lleve a cabo in situ.
Este detalle confiere al proyecto un carácter integral al abarcar todo el ciclo del hidrógeno: desde su producción hasta su uso, pasando por su tratamiento y almacenamiento.
La futura estación de suministro abastecerá, en una primera fase, a diez autobuses ‘cero emisiones’ propulsados por pilas de combustible alimentadas por hidrógeno, según ha avanzado el director gerente de la EMT.
Para este y otros proyectos vinculados a la reducción de CO2 y a la eficiencia energética, la EMT ha obtenido financiación del fondo europeo FEDER a fin de poder ejecutar estos planes de futuro. Es la primera vez en la historia de la empresa municipal que recibe respaldo económico de este instrumento financiero al cumplir con las estrictas condiciones establecidas por el fondo europeo.
La EMT, la primera en el uso del hidrógeno
Entre los años 2002 y 2006, la EMT fue el primer operador del transporte español en poner a prueba la explotación de autobuses de pila de combustible alimentada por hidrógeno en su red de líneas en el marco de los proyectos comunitarios CityCell y HyFleet:CUTE.
Era la primera vez que la ciudad de Madrid ponía a circular autobuses propulsados por pila de hidrógeno en sus calles y, también por primera vez, se instalaba una infraestructura de recarga para este tipo de combustible.
Quince años después de este desafío, la empresa municipal vuelve a plantearse las ventajas del uso de esta combustible ‘limpio’ en la flota municipal de autobuses. Para ello, la EMT firmó en octubre de 2020 una alianza estratégica con el Centro Nacional del Hidrógeno y Pila de Combustible (CNH2) con el objetivo de favorecer el desarrollo e implantación de tecnologías aplicadas a este combustible.
Son cuatro las metas que se persiguen con esta alianza: la descarbonización del sector del transporte público urbano, la reducción de la dependencia de los combustibles fósiles, la disminución de los costes medioambientales y de salud derivados del transporte público y la limitación de la contaminación atmosférica y acústica para la mejora del aire.
El CNH2, el único centro público de estas características en España, es un espacio de investigación de ámbito nacional orientado a impulsar la investigación de las tecnologías del hidrógeno y las pilas de combustible.
Fin del diésel y Estrategia Madrid 360
En su compromiso por alcanzar la máxima descarbonización del transporte público de superficie, el Ayuntamiento de Madrid y la EMT anunciaron a finales de 2020 el fin del uso del diésel en la flota de autobuses municipales para el año 2023. A partir de esta fecha, la EMT solo prestará servicio con una flota de autobuses eléctricos, de gas natural y de híbridos. Este es uno de los objetivos dentro de la Estrategia de Sostenibilidad Ambiental Madrid 360.
El pasado año, la EMT licitaba la adquisición de 520 autobuses GNC para Madrid. Los primeros 190 están llegando a lo largo de este año, lo que permite retirar de la circulación un total de 258 unidades de gasoil. A estas nuevas adquisiciones se suman los 100 autobuses eléctricos que se están integrando en la flota madrileña, además de seis minibuses eléctricos. 2020 fue para la EMT el año de mayor licitación para la compra de autobuses, en total 626.
A lo largo de 2022 se incorporarán otros 200 autobuses propulsados por GNC, lo que se traducirá en la retirada de los 133 autobuses diésel restantes. En 2023 está previsto que la EMT reciba otros 130 vehículos de GNC, permitiendo así que la flota total madrileña alcance los 2.100 autobuses para prestar un adecuado servicio