La Puerta de Alcalá es un emblema patrimonial de la ciudad de Madrid y también del Paisaje de la Luz, bien cultural incluido en la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO desde el 25 de julio de 2021. El singular valor de este monumento y su actual estado de conservación han motivado la puesta en marcha de un proyecto de restauración que se desarrollará entre los años 2022 y 2023 por parte del Área de Cultura, Turismo y Deporte, que dirige Andrea Levy.
Durante el primer trimestre de 2022, la Dirección General de Patrimonio Cultural del Ayuntamiento de Madrid, en colaboración con el Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE), del Ministerio de Cultura y Deporte, realizó un primer análisis del estado de conservación de este monumento, cuyos resultados han llevado a considerar prioritario acometer una actuación que garantice el adecuado mantenimiento de este monumento histórico.
Así, y tras este examen preliminar, la Puerta de Alcalá está siendo objeto de un estudio pormenorizado que se desarrolla desde este mes de julio y hasta septiembre y que servirá de base para la redacción del proyecto de intervención, cuya ejecución tendrá lugar previsiblemente a partir de junio de 2023.
Estos estudios técnicos previos a la restauración permitirán obtener un diagnóstico exhaustivo de las patologías que afectan al monumento e implicarán la elaboración de una documentación gráfica del bien, la investigación y analítica, el diagnóstico y revisión de elementos en riesgo, así como el ensayo de tratamientos de limpieza y consolidación.
Un trampantojo mantendrá la emblemática imagen del monumento
Para la ejecución de los estudios ha sido necesaria la colocación de un andamio diseñado a medida, con una estructura que se ajusta a los diferentes planos de la Puerta de Alcalá y que cubrirá el monumento en su totalidad, facilitando el análisis minucioso de toda su superficie pétrea.
Para la total cubrición del andamio se ha instalado una lona rejilla fabricada en poliéster recubierto de PVC microperforado que alcanza 2.200 metros cuadrados de superficie que cuenta con unas características materiales que evitarán el efecto vela, asegurando la estabilidad del andamio en caso de viento. Esta medida es necesaria debido a que se trata de una estructura de grandes dimensiones con más de 120 metros lineales en cuatro fachadas que superan los 45 metros de longitud, en el caso de las fachadas este y oeste y alcanzan los 9 en los laterales norte y sur, sobrepasando los 16 metros de altura en todas sus caras.
El diseño exterior de la lona permite obtener una cubierta mimética, de máxima calidad, que mantiene la contemplación del bien cultural mediante un trabajo de última tecnología de impresión digital con una imagen de la Puerta de Alcalá realizada a partir de más de una veintena de fotografías en alta resolución que sirven de base para la impresión de un conjunto de piezas unidas como si de un puzle se tratara. Las uniones quedarán termoselladas de tal modo que no se aprecien ni costuras ni dobleces.
Cubierta por una lona realista hasta el fin de las actuaciones
La función de la lona es múltiple, pues, además de permitir a los ciudadanos continuar disfrutando de la imagen de la Puerta de Alcalá recortada sobre el cielo de Madrid, constituye un cierre de seguridad del recinto de obra, protegiendo el monumento de posibles intrusiones y garantizando, al tiempo, la seguridad laboral para los técnicos que trabajan sobre la estructura de andamios.
Los trabajos de instalación del andamio y de diseño, producción y montaje de la lona impresa han sido encargados por el Ayuntamiento de Madrid a la empresa Fernández Molina.