El absentismo laboral por incapacidad temporal se ha convertido en una preocupación creciente para la sociedad y la economía española, con un aumento significativo en los últimos años. Un estudio reciente revela una tendencia alarmante: los problemas de salud mental y las dolencias musculoesqueléticas ya son responsables de más de la mitad de las bajas médicas. Juntas, estas dos causas explican dos tercios del aumento total en las ausencias laborales registradas entre 2018 y 2023, impactando directamente en la vida de los trabajadores y en la estructura de los barrios.
La salud mental ha escalado posiciones de forma preocupante en la lista de motivos para la incapacidad temporal (IT). Los diagnósticos vinculados a problemas psicológicos han mostrado un crecimiento mucho más acelerado que el resto de patologías. Específicamente, el porcentaje de absentismo laboral atribuido a la salud mental en los asalariados se ha disparado, pasando de representar 0,55 puntos en el indicador de absentismo de 2018 a 1,03 puntos en 2023. Esto la sitúa ya como la segunda causa de baja en el Régimen General, solo por detrás de las conocidas como algias o dolores musculoesqueléticos.
El incremento acumulado de estas bajas por motivos psicológicos es particularmente llamativo: un 88% en trabajadores del Régimen General y un 75% en autónomos. Si bien las algias siguen siendo el diagnóstico más frecuente para una baja, sus aumentos han sido más moderados (39% y 36% respectivamente), lo que subraya la intensidad del problema de la salud mental. Este fenómeno está remodelando el panorama de las ausencias laborales y sus consecuencias para la vida cotidiana y la economía familiar.
Impacto en los más jóvenes y mayor afectación en mujeres

El análisis de los datos por edad y sexo aporta una radiografía detallada del problema. Los problemas psicológicos se han convertido en la principal causa de días de baja en menores de 30 años, lo que refleja un impacto directo en la fuerza laboral más joven del país. A partir de los 30 años, son las algias las que predominan en la contribución al absentismo, siendo especialmente intensas en el grupo de edad más cercano a la jubilación, entre los 60 y 64 años. No obstante, la salud mental alcanza su pico de peso en el tramo de 25 a 29 años, donde supone el 26% de los días de baja.
En cuanto al género, el peso de las dos patologías principales –salud mental y dolores musculoesqueléticos– es todavía mayor entre las mujeres. En ellas, estas dos causas representan el 54% del total del absentismo. Este dato se desglosa en un 33% por algias y un 21% por salud mental. En el caso de los hombres, la proporción es menor (47% en conjunto), con un 33% por algias y un 15% por salud mental. Llama especialmente la atención el caso de las mujeres jóvenes entre 20 y 29 años, donde las bajas por salud mental suponen un alarmante 30% del total de jornadas perdidas en ese grupo.
Sectores clave y desigualdades geográficas en el absentismo
El aumento de las bajas por motivos psicológicos y musculoesqueléticos se ha extendido por todos los sectores productivos. Ambas patologías explican conjuntamente más del 35% del incremento del absentismo en todas las ramas analizadas. Los sectores que han experimentado el mayor crecimiento relativo en sus bajas, superando la media nacional, son: Comercio y reparaciones (70%), Transporte y almacenamiento (67%), Industrias extractivas (63%), Otros servicios (62%) y Hostelería (61%). Este incremento en sectores de servicios subraya la necesidad de abordar la prevención de riesgos psicosociales y físicos en el entorno laboral de los vecinos.
Además de las diferencias sectoriales, el estudio del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie) en colaboración con Umivale Activa, basado en más de 60 millones de procesos de IT, identifica grandes desigualdades geográficas en el mapa del absentismo. El promedio nacional de absentismo por IT en 2023 se situó en el 5,6%. Sin embargo, las regiones con mayores tasas se concentran en Canarias, Galicia y las provincias cantábricas y del noroeste peninsular, mientras que Castilla-La Mancha y la Comunidad de Madrid presentan las cifras más bajas. Específicamente, la prevalencia de bajas por salud mental ha crecido más de un 100% en comunidades como Andalucía, Canarias, Galicia y Melilla, en contraste con un aumento mucho menor en Castilla-La Mancha (3%).
Disparo de las bajas de larga duración y el reto de la gestión
Otro punto crucial del informe es el análisis de los procesos de larga duración, aquellas bajas que se extienden más allá de los 12 meses. A pesar de representar solo un 2,4% de los casos finalizados, acumulan un 34,1% del total de días de baja en asalariados (43,6% en autónomos). La mayor prevalencia en estos procesos prolongados la tienen, precisamente, las patologías de salud mental y las algias.
Entre 2018 y 2023, la tasa de bajas de larga duración por motivos psicológicos casi se ha multiplicado por 2,5 (+147%), y las algias han registrado un incremento del 93%. Este aumento de las bajas prolongadas supone un desafío significativo para la sostenibilidad de las prestaciones sociales. El informe también destaca que la mayoría de estos procesos de más de un año concluyen con la denegación de la incapacidad permanente; en cuatro de cada cinco casos en salud mental y en dos de cada tres en algias, lo que indica una compleja gestión diagnóstica y asistencial de estas patologías más difíciles de objetivar.
Llamamiento a una acción integral
La evidencia recopilada subraya que resulta imposible comprender el fuerte incremento del absentismo laboral sin abordar el peso creciente de los problemas de salud mental y las dolencias musculoesqueléticas. Los expertos, entre ellos el psicólogo José M.ª Peiró, señalan que la naturaleza de estas patologías plantea serios retos para el sistema sanitario y la protección social.
El informe concluye que es fundamental adoptar una visión integral que involucre a todos los actores: profesionales sanitarios, empresas, mutuas y administraciones públicas. Solo a través de esta colaboración se podrá prevenir el riesgo para la salud de los trabajadores, garantizar la competitividad de las empresas y asegurar la viabilidad del sistema de protección social. Este estudio, basado en una gran cantidad de datos y publicado como parte de un proyecto de análisis de la incapacidad temporal en España, tiene como objetivo aportar información clave sobre esta problemática social y económica.










