16 años y siete meses es la media en la que los jóvenes madrileños mantienen su primera relación sexual. Así se desprende d una encuesta realizada por el equipo de investigación de la Fundación Atenea, dentro del marco del II Plan Contra la Explotación Sexual y la Atención a la Prostitución en la Ciudad de Madrid.
Es significativa la coincidencia entre varones y mujeres y la estabilización de la edad media de la primera relación sexual (16 años y siete meses).
También el hecho de que el 65% de las chicas y el 57% de los chicos de entre 16 y 24 años haya tenido una sola pareja en el último año y que utilizaran medios profilácticos y anticonceptivos en el 84% de los casos, lo que permite que la proporción de embarazos no deseados haya descendido hasta el 5,1% para el conjunto de todas estas edades.
La prostitución “una forma de ejercer la libertad sexual”
El 60,4% de los encuestados entienden que la prostitución es “una forma de ejercer la libertad sexual” frente a un 39% que lo considera “algo profundamente repulsivo”. De hecho la posición legal ante la prostitución es en un 61,5% de los casos favorable a la legalización y regularización; un 19,6% proclive solo a legalizarla y un 19% partidario de abolirla y prohibirla.
La mayoría de los entrevistados prioriza los derechos de las personas y la tolerancia hacia las mismas frente a cualquier otro argumento. Sienten, en general, un rechazo bastante consolidado hacia la prostitución como fenómeno y en particular hacia la trata de personas, pero este rechazo se subordina al respeto de los derechos individuales y a la necesaria tolerancia y ayuda hacia las personas que se prostituyen.
Al vivir expuestos de forma continua a la imagen de la prostitución callejera, responden con indiferencia, sin mucho rechazo, quizá porque la consideran “parte del paisaje” sin interrogarse sobre su significado. Sólo el 14,2% de las mujeres y el 15,2% de los varones consideran a la persona que ejerce la prostitución como “víctima”, y el 80% apela a la generalidad de “depende del caso”, al preguntarles por los motivos que pueden llevar a una persona a prostituirse.
Hay que tener también en cuenta que las fuentes de información sobre la prostitución son más virtuales y digitales que basadas en un conocimiento real. Esta visión entra en colisión con los contenidos de la educación sobre sexualidad e igualdad, que orienta las actitudes y comportamientos sexuales de las personas entrevistadas, pero deja fuera los temas relacionados con la prostitución. Resaltar que esa educación sexual no solamente está muy implantada sino que ha sido muy bien valorada por los entrevistados. El 21,3% de los encuestados la calificaron de “muy buena” y el 47,9% “es buena, me ayudó algo” y sólo un 4% la ha valorado “muy mala y nada útil”.