Vivir con personas fumadoras es como vivir en una ciudad excesivamente contaminada, según un estudio de la Universidad de Aberdeen, en Escocia. Las consecuencias para los no fumadores pueden llegar a enfermedades respiratorias y del corazón.
La Universidad de Aberdeen, en Escosia, ha llevado a cabo un estudio sobre la convivencia con personas fumadoras. Los resultados han sido comprobados con los problemas que causa la contaminación de ciudades como Londres o Pekín, y las conclusiones son similares: Vivir con personas fumadoras es como vivir en una ciudad excesivamente contaminada.
Las personas no fumadores se ven gravemente perjudicadas en una casa con humos de tabaco, con un mayor riesgo de enfermedades respiratorias y del corazón. Por ello, es muy importante convivir en una casa libre de humos.
El nivel de exposición a partículas nocivas es tres veces superior al que podría considerarse seguro para la salud de un no fumador. La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos ha estipulado como grave niveles de 2,5 micras en las partículas en suspensión como el hollín. Pero se ha comprobado que muchos bares y restaurantes llegaban a esa cifra.
Estos niveles han sido comprobados por los científicos de esta universidad en los domicilios de fumadores y no fumadores. En total, los estudios ofrecieron datos de calidad del aire de 93 hogares fumadores que se compararon con 17 libres de humo. Los resultados mostraron que las concentraciones de estas partículas eran 10 veces superiores a las casas sin humo.
Algunos hogares tenían tasas muy altas de tabaquismo, llegando a presentar concentraciones medias de 111 microgramos por metro cúbico al día, once veces más de lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS). Por ello, los científicos de este estudio recomiendan reducir el tabaquismo pasivo en el hogar, sobretodo mediante la aplicación de normas que impidan fumar en el interior de los domicilios.
