La llegada del invierno provoca que la mayor parte de las plantas de interior crezcan de forma más lenta, por ello, hay que tener especial cuidado durante los meses más fríos del año si no queremos que nuestras plantas se sequen y, por tanto, mueran.

Para evitar que las plantas se sequen, es conveniente que el ambiente esté humedecido constantemente. El uso de la calefacción provoca que ésta absorba la humedad, por lo que colocar las plantas sobre gravilla o sobre una base de arcilla ayudará a mantener la misma, así como colocar humidificadores en los radiadores.
Vaporizar las plantas
Vaporizar agua frecuentemente también es un remedio muy útil, aunque hay que tener especial cuidado según que plantas. Las especies con hojas lisas soportan mejor que se las humedezca con vaporizador, sin que el agua llegue a mojar el sustrato.
Asimismo, a lo largo de estos meses, el aporte de abono debe ser interrumpida y reforzar la dosis diaria de luz que reciben las plantas.