La Comunidad de Madrid destinará 28,7 millones de euros durante los próximos cuatro años para la conservación integral de túneles, estaciones y cocheras. Este plan de choque busca mejorar la fiabilidad del servicio y garantizar la seguridad de los más de 715 millones de usuarios que viajan cada año.
El suburbano madrileño se prepara para una renovación silenciosa pero vital. El Gobierno regional ha dado luz verde a una inversión de 28,7 millones de euros enfocada exclusivamente en el mantenimiento de las infraestructuras de Metro. Este contrato, que se extenderá durante los próximos cuatro años, no solo busca que las estaciones luzcan mejor, sino asegurar que las entrañas del transporte más utilizado de la región funcionen con la precisión de un reloj para evitar los temidos retrasos e incidencias técnicas.
Un plan organizado por zonas para llegar a cada barrio
Para que la gestión sea efectiva en una red tan extensa, la administración ha decidido dividir los trabajos en seis lotes estratégicos. De esta forma, cada grupo de líneas tendrá un equipo especializado encargado de su cuidado.
El primer lote se centrará en las líneas 5 y 7, incluyendo además el importante recinto de Canillejas. Un segundo bloque agrupará a los usuarios de la línea 3 y la línea 12 (MetroSur), asegurando la conexión en el cinturón sur de la capital. El tercer grupo de trabajo se dedicará a las líneas 9 y 10, mientras que el cuarto lote une a las históricas líneas 1 y 2 con el Ramal Ópera-Príncipe Pío. Por último, se han establecido equipos específicos para las líneas 4, 8 y Metro Ligero 1, así como para la 6 y la 11, completando así la vigilancia en todo el mapa del suburbano.

Desde túneles hasta cristalería: mantenimiento total
Lo que hace especial a este contrato es su carácter integral. No se trata solo de grandes obras de ingeniería, sino de un cuidado minucioso que abarca desde los cimientos hasta los detalles más pequeños. Los trabajos se realizarán en espacios clave como túneles, depósitos, cocheras y estaciones, que son los lugares donde el desgaste diario es más acusado debido al paso constante de trenes y viajeros.
Las tareas que se van a llevar a cabo tocan prácticamente todos los oficios manuales. Se realizarán labores de albañilería, cantería, cerrajería y cristalería. También se ha puesto el foco en la higiene y el mantenimiento de las estructuras con trabajos de pintura, fontanería, saneamiento e impermeabilizaciones. Incluso se incluyen servicios de pocería, fundamentales para evitar filtraciones de agua en los niveles más profundos de la red ferroviaria.
Prevención para evitar las molestas incidencias
Cualquier usuario habitual del Metro sabe que una pequeña avería técnica puede desmoronar la planificación de todo el día. Por eso, este plan de mantenimiento apuesta por un modelo doble: trabajos preventivos y correctivos. El mantenimiento preventivo consiste en revisar y arreglar elementos antes de que se rompan, basándose en el desgaste natural de los materiales. Por otro lado, el correctivo permite actuar de forma rápida cuando surge un imprevisto.
Esta estrategia es determinante para reducir el número de incidencias que afectan a la circulación. Al mantener los túneles en perfecto estado y las cocheras operativas al cien por cien, la experiencia de los viajeros mejora sustancialmente. Con más de 715 millones de usuarios al año, el Metro se consolida como la columna vertebral de la movilidad madrileña, y este tipo de inversiones son las que permiten que siga siendo un transporte eficiente, seguro y, sobre todo, fiable para quienes dependen de él para ir a trabajar o volver a casa.
Energía y suministros para mover la ciudad
Más allá del mantenimiento de las paredes y las vías, el buen funcionamiento del Metro requiere una logística energética impecable. Por ello, de forma paralela, el Consejo de Gobierno ha tramitado la adjudicación de contratos para el suministro de gas natural en los recintos de Metro y Metro Ligero. En este apartado, la inversión prevista supera los 7,7 millones de euros.












