Del 17 de agosto al 17 de septiembre, los vecinos de Colmenar Viejo podrán asistir a la nueva campaña de excavación arqueológica del yacimiento de Navalahija, ubicaco en la Dehesa de Navalvillar.
La Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Colmenar Viejo ha propuesto a los vecinos de la localidad participar, del 17 de agosto al 17 de septiembre, en una nueva campaña de verano de excavación arqueológica en el yacimiento de Navalahija, un asentamiento hispano-visigodo datado en el siglo VII d. de C. ubicado en la Dehesa de Navalvillar del municipio.
“Esta es la cuarta edición de esta campaña abierta a los voluntarios y estamos muy contentos porque la experiencia siempre ha sido muy positiva. Lo que queremos es hacerles también a ellos partícipes directos de la recuperación de nuestro patrimonio, que lo conozcan de primera mano y que se impliquen aún más en su conservación y divulgación”, ha explicado el Concejal de Cultura colmenareño, Jorge García Díaz.
Las inscripciones se realizarán en el Centro Cultural Pablo Neruda (calle Huerta del Convento,1), o a través del teléfono 91 846 71 66.
La iniciativa, dirigida a todos los vecinos mayores de 16 años, se desarrollará del 17 de agosto al 17 de septiembre, de lunes a viernes, de 08:00 a 13:30 horas. Los interesados ya pueden apuntarse a la actividad, totalmente gratuita, por días sueltos, semanas o el mes completo. El Ayuntamiento correrá con los gastos de los seguros así como con los del traslado de los participantes hasta el lugar del yacimiento. Las plazas son limitadas.
Navalahija: una aldea minero-metalúrgica
Las excavaciones en el yacimiento de Navalahija datan de 2008. Ese año y el siguiente, 2009, se pusieron al descubierto en él tres edificios, uno de ellos excavado parcialmente, que ocupaban una superficie de unos 140 m2 y que están fechados entre finales del siglo VI y primera mitad del siglo VIII d.C.
Lo más representativo de este conjunto es una estructura que presenta diferentes estancias para trabajar el hierro, algo que aporta una valiosa información sobre dicha actividad económica ya que los estudiosos presuponen así que ésta se compaginaba con la explotación de la ganadería ovina y caprina.
De hecho, la singularidad de este yacimiento ha cambiado drásticamente el conocimiento que se tenía sobre el poblamiento rural en la presierra
madrileña.
Este yacimiento se caracteriza por tratarse de una aldea minero-metalúrgica cuyo valor patrimonial y arqueológico le valió en 2012 su incorporación a la Red de Yacimientos Visitables de la Comunidad de Madrid, junto a la aldea de Navalvillar, en sus inmediaciones, y la necrópolis de Remedios, ambos conjuntos arqueológicos también de la misma época.
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