La naturaleza puede ser la solución para el aburrimiento de los más pequeños. Las ciudades ofrecen planes que puede realizarse con ellos de manera respetuosa con el entorno.
Las vacaciones de verano son para descansar y hacer planes diferentes al resto del año. Los más pequeños necesitan estar haciendo cosas para no aburrirse en su tiempo libre. Por eso, existen diferentes actividades divertidas a la par que educativas relacionadas con la naturaleza para que los más pequeños hagan en su tiempo libre.
Pasar el día en algún centro educativo de temática ambiental puede ser muy divertido. Los niños, además de aprender, estarán entretenidos descubriendo algunas de las maravillas de la naturaleza. Dependiendo de la ciudad, las opciones son muy diversas: museos de la ciencia y de la naturaleza con exposiciones, áreas recreativas, espacios lúdico-educativos, etc.; acuarios para descubrir la biodiversidad marina; jardines botánicos para conocer las especies arbóreas y de flora; centros de documentación y educación ambiental donde se pueden consultar revistas, libros e información en formatos varios sobre medio ambiente.
Otra de las opciones puede ser la de visitar parques urbanos y zonas verdes. Estas áreas naturales en plena urbe, algunas de gran extensión, cuentan con atractivos para todas las edades: pasear por sus avenidas arboladas, jugar en sus zonas específicas para niños, descansar a la sombra, ver especies de animales o de flores y árboles autóctonos y de otros países, etc. En el mismo parque se puede realizar una yincana para jugar. El Parque del retiro organiza «La búsqueda del tesoro» en la que los niños tienen una entretenida ruta del tesoro para descubrir los rincones del parque. Peques y papás resolverán juntos una serie de misterios que servirán para, al finalizar la actividad, descubrir el tesoro oculto.
Una de las actividades que también les pueden gustar a los peques, es la de jugar a ser fotógrafos. Aprovechando alguno de los planes anteriores, una idea para sacarles más partido es llevar una cámara. Con ella los niños pueden comenzar en el mundo de la fotografía y el vídeo de naturaleza y, de paso, quedarse con bellos recuerdos.
Para visitar con niños en Madrid
- El Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid cuenta con una amplia colección, entre la que podemos destacar los animales como el elefante, la jirafa y el rinoceronte, e inclusive el Tigre de Tasmania. Además la colección de fósiles de dinosaurios dejará a los niños con la boca abierta.
- El Aquarium de Zoo de Madrid propone a todos los visitantes un fascinante viaje por las profundidades de los océanos del mundo. Una pirámide de cristal de dos plantas, visible desde cualquier rincón del parque, que acoge a más de 3.000 animales de 300 especies diferentes y donde se recrea su hábitat natural a partir de arrecifes y corales.
- El Real Jardín Botánico pone a disposición del visitante una amplia oferta de actividades. La difusión de los conocimientos sobre la diversidad vegetal y su conservación, son una parte importante de las tareas que tiene esta Institución, junto a la investigación y la conservación de sus colecciones.
- Parques y zonas verdes como La Casa de Campo, el Parque del Retiro, Madrid Río son los más conocidos, pero prácticamente todos los barrios cuentan con una zona verde destacable y de gran atractivo a la hora de descansar del asfalto.
