Ahora que llega el otoño es el mejor momento para encontrar este producto pero ¿se pueden congelar las setas? La respuesta es sí, pero con matices porque si están completamente crudas pueden perder su sabor.
Si aún así deseas congelarlas sin cocinar es fundamental que las dispongas en bolsas de congelado con cierre hermético. Lo mejor es no lavarlas para evitar añadir más humedad, aunque sí es aconsejable retirar la arena y suciedad que puedan contener con un trapo. Para mejorar su conservación no cortes ni lamines las setas antes de congelarlas.
Cómo congelar las setas
Si las congelas cocinadas no encontrarás ningún problema. Haces una receta cualquiera y la congelas como con cualquier otro ingrediente. Una de las formas para evitar que pierdan su sabor y su esencia es cocerlas. Eso sí debe ser una cocción muy breve. Más bien deberíamos hablar de un escalfado que de una cocción.
Una de las cosas que debes tener en cuenta tanto si las congelas sin cocinar como si lo haces después de haberles dado un toque de cocinado es que no deben tener mucho agua. No es bueno, la seta ya de por sí tiene una cantidad importante de agua. Si agregamos un excedente conseguiremos que se nos queden demasiado acuosas algo que afectará considerablemente a su sabor.
Introdúcelas en una bolsa de congelación con cierre hermético o al vacío. Si dispones de tápers que cierren herméticamente, también son una buena opción para congelar las setas.
Cómo descongelarlas
La clave es no usar el microondas. Lo mejor es dejar que vayan perdiendo el frío poco a poco en la nevera ya que es un producto muy delicado.
Lo suyo es que las saques del envase en el que metiste a congelar las setas y las pongas en un plato para que drenen el agua de la congelación.
Si las cocinaste antes de congelarlas, también puedes esperar hasta que les falte muy poco para terminar de descongelarse por completo y ponerlas en una olla o sartén (según cómo las cocinaras) y terminar así de descongelarlas para servirlas solas o añadirlas a otra elaboración.