Un estudio de la Universidad Carlos III de Madrid junto con la London School of Economics corrobora que la pregunta que te hacian tus vecinas y tias segundas sobre lo que querias ser de mayor se ha quedado en una mera quimera, ya que solo seis de cada 100 personas trabajan en lo que deseaban ser o soñaron ser cuando eran niños.
Los niños que aspiran a profesiones consideradas típicas de su sexo tienen el doble de posibilidades de terminar desempeñando alguna de ellas en la edad adulta. Sin embargo, solo “un 6% acaban en las ocupaciones a las que aspiraban siendo niños”, por lo tanto no trabajan en lo que deseaban, comenta el investigador Javier Polavieja, profesor de Sociología del departamento de Ciencias Sociales de la UC3M.
Los científicos observan que las hijas que tienen padres con estudios universitarios tienden a aspirar a la cúspide de la jerarquía ocupacional
Para extraer estas conclusiones el estudio analiza dos factores decisivos: por una parte, aquellos que tienen que ver con las características del entorno familiar de los niños, las ocupaciones de los padres y la distribución de roles de sexo dentro del hogar; y por otra parte, la psicología de esos niños, en particular su grado de motivación en la escuela y su autoestima.El comportamiento de los padres ante las tareas del hogar influye en cómo aprenden los niños los roles que resultan más apropiados para cada sexo. En las familias con un reparto muy tradicional de las tareas domésticas, los niños aspiran a profesiones habitualmente masculinas. Sin embargo, esta conclusión no es aplicable al sexo femenino, ya que las niñas procedentes de familias igualmente tradicionales en la distribución de roles no eran más proclives a desear trabajos típicos de su sexo, según las observaciones de los investigadores.
Más nivel economico y cultural, menos coincidencias en los patrones más comunes
Otra evidencia que han encontrado es que los recursos socioeconómicos de los padres afectan a la ambición profesional de los niños. Los científicos observan que las hijas que tienen padres con estudios universitarios tienden a aspirar a la cúspide de la jerarquía ocupacional: directivas, manager… que son ocupaciones “donde existen menos mujeres y, por tanto, son menos típicas de su sexo”, explica el profesor Javier Polavieja, que ha publicado el estudio en la revista Social Forces junto con Lucinda Platt, profesora de Política Social y Sociología en la London School of Economics.
En cuanto a los hijos de padres universitarios, la investigación concluye que tienen ocupaciones menos habituales que aquellas desempeñadas por otros miembros de su sexo y eso, según Polavieja, se explica porque “probablemente la educación de los padres conlleva un tipo de valores más igualitarios que los niños aprenden en casa”.En relación a los atributos psicológicos observables, la investigación se centra particularmente en la motivación y la autoestima. En especial, la autoestima es un factor que “tiene una importancia muy clara, sobre todo en el caso de los niños”, comenta el sociólogo. Según su trabajo, los niños que tienen un nivel de autoestima más alto son los que aspiran a ocupaciones menos típicas de su sexo y “tienen mayor capacidad de ir en contra de las normas de género”, concluye.
Para desarrollar este estudio, los investigadores han analizado las aspiraciones profesionales de niños de ambos sexos con edades comprendidas entre 11 y 15 años. Los datos que han utilizado, obtenidos del British Household Panel Survey, corresponden a una muestra de 1693 niños y 1667 niñas, que fueron encuestados repetidamente desde la infancia hasta sus primeros trabajos significativos como adultos.