El verano es una de las estaciones preferidas. Con él llegan las vacaciones y los chapuzones en la playa o la piscina pero también las noches de calor y la dificultad para conciliar el sueño.
Dormir por las noches en verano a veces resulta muy complicado debido a las altas temperaturas. La temperatura idónea para conciliar el sueño sería por debajo de los 25 grados pero la climatología en España no siempre nos lo permite, y mucho menos en verano. Para poder dormir lo mejor posible es fundamental cuidar nuestra alimentación. Cenar alimentos ligeros como verduras o frutas ayudan a que la digestión no sea pesada y cueste menos conciliar el sueño. Además, es aconsejable no alterar los horarios de las comidas, siguiendo un ritual basado en una secuencia de actos que conducirá a una buena conciliación del sueño, como puede ser el dejar pasar un mínimo de dos horas desde la cena para irse a la cama o mantener siempre el mismo horario para acostarse.
Cuidado con el aire acondicionado
Hay que tener especial cuidado con el uso del aire acondicionado. Es preferible dormir con las ventanas abiertas antes que con el aparato de aire, pero en caso de que sea necesaria su utilización, es mejor refrescar la habitación antes y evitar dormir con el aparato encendido, ya que puede provocar problemas de garganta, resfriados, sequedad…
Para irnos a la cama un poco refrescados, podemos darnos una ducha de agua tibia, tirando a fría, antes de irnos a dormir. Si se pone excesivamente fría hace que después el cuerpo genere más calor. Y en cuanto a las bebidas, un poco más de lo mismo. Aunque a todos nos gusta la sensación del agua helada cuando estamos pasando mucho calor, lo mejor es el agua «fresca pero no helada, para que no se vean afectadas ni las mucosas ni la faringe».
