El fanático del café es el más popular y aceptado, al igual que el del yogur helado, té o resto de infusiones. Todos tienen sus locales y tiendas especializadas, algunos están más aceptados que otros y por fin, en Madrid, el entusiasta de los cereales tiene la oportunidad de entrar en la crema de la sociedad.
Bien dicen que se debe desayunar como un rey, comer como un príncipe y cenar como un pobre. La primera comida del día es la más importante y decisiva para que podamos rendir a lo largo de toda la jornada de manera satisfactoria y los cereales son una de las opciones más rápidas y socorridas, sin embargo, no todos los aprecian de la misma forma.
Cereal lovers y Cereal hunters son las dos opciones madrileñas para introducirse en el mundo de los cereales de forma experta. La primera tienda se encuentra en el mercado de Antón Martín, mientras que la dirección de la segunda es Mejía Lequerica 14, entre las paradas de metro de Alonso Martínez y Tribunal. Ambos locales están regentados por amantes de los cereales y a pesar de que lo más convencional es servir desayunos, nadie ha escrito normas en el consumo de cereales.
En el mundo anglosajón, este concepto ya estaba explotado y ha sido cuestión de tiempo que la moda llegará a España. Muchas marcas inglesa y sobre todo, americanas han llegado a ser muy conocidas gracias al cine e inevitablemente, despertado la curiosidad por probar los ya típicos cereales multicolores que todo niño norteamericano desayunaba en las series de televisión para adolescentes; por eso, los dos establecimientos están decorados al estilo anglo.
Ofertan más de 120 tipos de cereales, a los que se les puede acompañar con diferentes toppings entre los que se encuentran trozos de galletas, M&M y nubes, o siropes, así como un sinfín de tipos de leche, tanto animales, como vegetales: leche de vaca, de oveja, de soja, de coco o avena, las posibilidades son infinitas y los amantes de los cereales tardarán mucho antes de haber probado todas. Después de decidir el tamaño del bol, se puede elegir si es para llevar o para tomar allí e incluso, si se quiere teñir la leche, una opción de lo más atractiva sobre todo para los pequeños.
Para los que no les convence aún los cereales fuera de la cocina de su casa o no los consumen directamente, también hay opciones: batidos, sandwiches, tartas y bollería, como en una cafetería de moda normal. Algo clásico, como una tostadas con mantequilla o más americano si se cambia el aceite por la crema de cacahuete. También hay hueco para los cafés, los tés, los batidos de frutas y los chocolates calientes aunque la estrella de la atracción sean los cereales.
