Según los datos facilitados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) sólo el 27% de la población española afirma cepillarse los dientes tres veces al día, un gesto que realiza una cuarta parte de la población al menos por la mañana y por la noche.
Los estudiantes, junto con las personas que trabajan, son los que tienen más arraigada esta sana costumbre, mientras que, por el contrario, desciende notablemente entre los jubilados. Existe también una clara diferencia por sexos: más de un tercio de la población femenina se lava los dientes tres veces al día por término medio, frente a uno de cada cinco varones.
Por comunidades autónomas aparecen, también, grandes diferencias. Así, Cantabria, Canarias y el Principado de Asturias se sitúan muy por encima de la media en lo que se refiere al cepillado regular, con porcentajes en torno al 40 por ciento en los tres casos. En el término opuesto se encuentran Ceuta y Melilla, Castilla-La Mancha y Cataluña.
Pasando a analizar las visitas al dentista, lo más habitual es que se acuda con una periodicidad anual o de más de un año, lo que hace algo más de la mitad de la población, especialmente en el caso de los hombres. También una de cada cinco personas acude a la consulta del especialista con una frecuencia de entre tres meses y un año, algo más elevada en el caso de las mujeres.
Las revisiones y los chequeos son los servicios más solicitados en general, aunque disminuyen a medida que aumenta la edad del paciente. Las limpiezas de boca se sitúan en segunda posición, y tienen una mayor demanda por parte de las personas que tienen entre 25 y 54 años, seguido por los empastes y endodoncias. Respecto a las ortodoncias, se sitúan en torno a un 3% de las consultas por término medio, centrándose principalmente en el grupo de los más jóvenes.
Otro dato analizado por las estadísticas oficiales hace referencia al tipo de asistencia que se recibe, dominada claramente por la privada, a la que acude el 84,6% de la población, frente al 12% que opta por la Sanidad Pública y un 2% que cuenta con un seguro médico.
En este sentido, en 2008, el Ministerio de Sanidad y Consumo puso en marcha el Plan de Salud Bucodental, renovado de nuevo a finales del pasado ejercicio. Este programa, dotado con 12 millones de euros, se centra en realizar revisiones bucodentales a los niños de entre siete y diez años con el fin de mejorar su salud y reducir el número de caries. Para ello, además de enseñarles cómo realizar una correcta higiene, se ofrecen servicios como aplicaciones de flúor tópico, sellado de fisuras o fosas, empastes, endodoncias, limpiezas o extracción de dientes, entre otros.
Costumbres infalibles
Existen varios hábitos sencillos que pueden ayudar notablemente a tener una buena salud dental, algo que repercute directamente en el bienestar general y previene aparición de algunas patologías.
En este contexto, la Fundación Dental Española recomienda cepillarse los dientes durante un mínimo de dos minutos, antes o inmediatamente después de cada comida. Tan importante como el tiempo es la eficacia, ya que hay que procurar pasar el cepillo por todas las superficies del diente, no sólo por la parte externa y más visible, también por la zona posterior y, por supuesto, por la superior en el caso de las muelas. Y prestar atención al área más próxima a las encías.
Para garantizar los buenos resultados de esta limpieza, es aconsejable renovar el cepillo cada tres meses, y elegir el modelo adecuado para cada caso. Asimismo, se puede complementar este hábito con el uso de la seda o la cinta dental, una herramienta fundamental para eliminar la placa y los restos de comida entre los dientes, donde el cepillo no llega bien. Los chicles sin azúcar pueden sustituir, excepcionalmente, al cepillado si no se puede realizar tras una comida, a la vez que pueden ayudar a fortalecer el aparato masticador.
Una correcta higiene diaria tiene que combinarse con una alimentación adecuada, además de un control periódico con el especialista. En este sentido, se recomienda que, al menos una vez al año, se realice una visita al dentista para poder detectar cualquier tipo de problema y prevenirlo a tiempo. Además, puede el odontólogo puede determinar si es adecuado efectuar una limpieza de boca en profundidad, eliminando perfectamente el sarro, la placa e incluso algunas manchas que pueden afear el esmalte.
