Este biochip es un dispositivo que simplifica el proceso de fabricación de piel in vitro en laboratorio y de otros tejidos complejos de múltiples capas, la piel humana modelada con este dispositivo se podría emplear en el testeo de medicamentos y cosméticos, lo que reduciría el coste de estos ensayos preclínicos
Biochip
Este nuevo biochip está fabricado con láminas adhesivas de vinilo biocompatible y micromecanizado.
El dispositivo permite el cultivo de piel in vitro en su interior. Está dividido en dos canales superpuestos separados por una membrana porosa: por el canal inferior, se simula el flujo sanguíneo; por el canal superior, se genera la piel que se nutre del medio de cultivo que fluye por el canal inferior a través de la membrana.
Esta plataforma y las técnicas desarrolladas se han testado en una prueba de concepto que ha consistido en la generación de una piel tridimensional con sus dos capas principales. La dermis se ha modelizado con un hidrogel de fibrina, mientras que la epidermis se consigue con una monocapa de queratinocitos que se siembran sobre el gel de fibrina.
Además, los investigadores han desarrollado un nuevo método para controlar la altura de la dermis que se basa en el flujo paralelo, una técnica que permite un proceso de deposición in situ de los compartimentos dérmico y epidérmico.
Objetivos y futuro
Este trabajo no tiene un objetivo clínico, sino que está orientado al reemplazo de modelos animales en el testeo de medicamentos y cosméticos, dado que estos ensayos podrían realizarse directamente en esta plataforma microfluídica.
Existe una directiva europea por la cual no se permite fabricar en Europa productos cosméticos que hayan sido testados sobre animales e incentiva a la aplicación de las 3R’s (Reemplazar, Reducir y Refinar) en investigación animal.
Tanto el biochip como los protocolos desarrollados podrían extrapolarse a cualquier otro tejido complejo que tenga la misma estructura que la piel. Además, se podría utilizar para modelar de manera más sencilla tejidos consistentes en una sola monocapa de células, como ocurre en la mayoría de “órganos en un chip”.
Este sistema de cultivo celular simula los principales aspectos funcionales de órganos vivos a una escala microscópica, lo que resulta de utilidad para el desarrollo de nuevos fármacos y una alternativa de menor costo que la experimentación con animales para estudios de toxicología y ensayos clínicos.
Los futuros retos radican en conseguir una piel madura, es decir, con una epidermis totalmente diferenciada, con todas sus capas. Además, se podría estudiar la integración de biosensores que permitan monitorizar en tiempo real el estado de la piel, así como probar este modelo como método de testeo.
