A pocos días de la celebración del Black Friday, que este año tendrá lugar el 28 de noviembre, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha lanzado una advertencia clara a los consumidores y vecinos: la mayoría de las supuestas ofertas no son tan ventajosas como parecen. Un análisis exhaustivo realizado por la OCU sobre el Black Friday del año pasado desveló que solo un 30% de los productos experimentó una rebaja real en su precio.
El estudio, que analizó más de 15.000 precios en sesenta tiendas online especializadas en electrónica y electrodomésticos, muestra una realidad inquietante. No solo el 70% de los artículos no bajó de precio, sino que, en un giro sorprendente, un 43% de los productos fue más caro durante la campaña de descuentos que en los meses de septiembre y octubre previos. Estos datos generan una percepción de engaño que la OCU ha puesto en conocimiento de las autoridades.
La necesidad de registrar precios: la clave para detectar descuentos reales

Ante este panorama de presuntas falsas ofertas, la OCU insiste en la necesidad de que los consumidores adopten una práctica sencilla pero fundamental: empezar a registrar los precios de los productos deseados con antelación.
Esta práctica de comparar ofertas y hacer un seguimiento de precios permite a los consumidores comprobar si los descuentos promocionados por las tiendas cumplen con la normativa vigente. La ley es clara en este punto: el precio rebajado debe tomar como referencia el precio más bajo aplicado en los 30 días previos a la oferta. Sin esa comprobación previa por parte del comprador, es fácil caer en la trampa de un descuento simulado.
La ley contra la trampa: precios arbitrarios y desconfianza
La legislación que regula las rebajas y promociones es el artículo 20.1 de la Ley 7/1996 de Ordenación del Comercio Minorista. Esta ley busca proteger al consumidor y garantizar que el precio anterior mostrado en la etiqueta sea el más bajo que se ha aplicado en el último mes. Sin embargo, la OCU ha detectado que numerosos comercios online no cumplen con esta norma.
El truco, según la organización, consiste en calcular los descuentos basándose en precios anteriores arbitrarios, como puede ser el precio recomendado por el fabricante, que, en muchos casos, nunca se ha llegado a aplicar en la tienda.
El Ministerio de Consumo, llamado a actuar y sancionar
La organización, que lleva años solicitando una actuación firme, ha vuelto a instar a la Administración a aplicar sanciones ejemplares contra aquellos comercios que incumplan la ley de manera flagrante.
Además de las multas, la OCU pide que se refuercen los mecanismos de control sobre las campañas del Black Friday y el comercio electrónico en general, con el objetivo primordial de proteger a los consumidores de las falsas promociones.
La percepción ciudadana confirma el engaño
Según una encuesta realizada por la organización, la mayoría de los consumidores tienen una visión escéptica sobre la campaña. En concreto, el 67% de los consumidores cree firmemente que muchas tiendas aumentan los precios semanas antes de la fecha clave para luego poder simular grandes descuentos en el Black Friday.
Además, el estudio indica que un 38% de los encuestados considera que los precios ofrecidos durante esta campaña son, en realidad, iguales o incluso más altos que en otros periodos de compras a lo largo del año. A pesar de este escepticismo generalizado y del conocimiento de las trampas, el 71% de los consumidores aún mantiene la esperanza de encontrar buenas oportunidades, creyendo que merece la pena comprar siempre y cuando se haga con precaución y conocimiento. La OCU recuerda, por tanto, que un consumidor informado es el mejor protegido contra las prácticas comerciales desleales.











