Pequeños cambios en tu alimentación pueden reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y mejorar tu bienestar diario

Alrededor de 44.000 personas fallecen cada año en España por problemas del corazón relacionados con una alimentación inadecuada, según un estudio reciente. La buena noticia es que gran parte de estas muertes podrían evitarse con cambios sencillos en nuestra dieta y estilo de vida.

Una base sólida para el corazón

El corazón es un músculo que necesita cuidados constantes. Para mantener en buen estado, la alimentación juega un papel clave: controlar el colesterol y la presión arterial, evitar el exceso de grasa y aportar nutrientes esenciales para la circulación son objetivos que ayudan a prevenir enfermedades.

Los expertos recomiendan seguir patrones alimentarios enfocados en productos vegetales: frutas frescas, verduras, legumbres, frutos secos y cereales integrales forman la base de estas dietas. Estos elementos aportan fibra, potasio y ácidos grasos saludables que contribuyen a regular factores de riesgo cardiovascular.

Harinas y cereales integrales

Incluir harinas y cereales integrales en la dieta diaria aporta fibra natural y otros nutrientes relacionados con un menor riesgo de diabetes tipo 2 y enfermedades coronarias. Pan integral, arroz integral, avena y otros cereales enteros deben ser preferidos frente a sus versiones refinadas.

Esto ayuda a estabilizar los niveles de azúcar en sangre y mejorar el control del colesterol, evitando complicaciones que afectan al corazón.

El poder de las grasas buenas

No todas las grasas son dañinas. Es importante reemplazar las grasas saturadas y trans, presentes en mantequilla, embutidos y frituras poco saludables, por grasas insaturadas que se encuentran en el aceite de oliva virgen extra, aguacate, frutos secos y pescado azul como el salmón o la caballa.

Estas grasas saludables no solo protegen al corazón sino que también ayudan a mantener equilibrados los niveles de colesterol y azúcar en la sangre.

Evitar productos ultraprocesados

Uno de los mayores enemigos de la salud cardiovascular son los alimentos ultraprocesados: snacks, refrescos, bollería industrial o comidas con alto contenido en grasas saturadas, sodio y azúcares añadidos.

Estos productos elevan el colesterol, aumentan la presión arterial y favorecen la acumulación de grasa corporal nociva. Reducir su consumo es clave para proteger el corazón y evitar problemas a largo plazo.

Controlar la sal para la presión arterial

La Organización Mundial de la Salud recomienda limitar el consumo de sal a menos de 5 gramos diarios en adultos para evitar la elevación de la presión arterial, un factor determinante en el riesgo cardiovascular.

Una buena alternativa para dar sabor a la comida sin exceder la sal es usar hierbas aromáticas, especias, ajo o limón, que aportan aroma y gusto sin poner en riesgo la salud del corazón.

Una dieta a medida con supervisión

Más allá de seguir recomendaciones generales, lo ideal es adaptar las pautas alimentarias a las necesidades personales de cada uno y realizar controles periódicos de la presión arterial y niveles de lípidos en sangre.

Esta combinación puede disminuir la incidencia de hipertensión, diabetes tipo 2, niveles altos de colesterol y triglicéridos, sobrepeso y obesidad, factores que incrementan el riesgo cardiovascular.

La alimentación equilibrada es un aliado imprescindible para cuidar el corazón. Hacer elecciones conscientes y adoptar hábitos saludables puede significar años de vida con mejor calidad.

Paula de Marcos Aragón
Paula de Marcos Aragónhttp://www.cronicanorte.es
Paula de Marcos Aragón, periodista, licenciada en Ciencias de la Información y vecina de Algete. Es redactora en Crónica Norte desde 2021.

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