Delicias culinarias y culturales despidieron Gastrofestival 2013. La cita culinaria de la capital, que terminó el domingo, llegó a su recta final con sugerentes propuestas que hicieron las delicias no solo de los amantes de la gastronomía, sino también de la cultura, el arte o el teatro.
Una de las tres grandes pinacotecas del Paseo del Arte, el Museo Thyssen-Bornemisza, acogió el sábado un recorrido gastronómico por algunas de sus obras maestras, haciendo un guiño al dicho «comer más por los ojos que por la boca», y la degustación de una tapa.
También, Museo Sorolla organizó un taller especial para los más pequeños. Los niños pudieron preparar deliciosos platos de frutas y aprender las virtudes de la dieta mediterránea, declarada Patrimonio de la Humanidad. Además, en su comedor se pudo contemplar bodegones de frutas y hortalizas, con las naranjas valencianas como protagonistas.
Otra interesante propuesta fue la ofrecida por el Museo Cerralbo, con el proyecto «Reinventa la mesa», que redescubrió los salones comedor de palacio desde la óptica de un grupo de artistas contemporáneos. El ámbito del comedor nace en el siglo XIX como espacio diferenciado y, además, se distingue entre el comedor de gala y el comedor de diario.
El pícnic urbano, que acogió CentroCentro Cibeles de Cultura y Ciudadanía la semana pasada, volvió a repetirse el sábado, a las 12.00 horas. Una experiencia, en pleno Palacio de Cibeles que combinó gastronomía y arquitectura para estimular los sentidos.
De esta manera Gastrofestival 2013 puso punto final, en una cita que ha sido mucho más que gastronomía.
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