Como explica Elizabeth G. Dunn en The Wall Street Journal, cada vez es más habitual encontrar en Estados Unidos locales que, pese a parecerse a las cafeterías tradicionales, tienen muchas características de los restaurantes más modernos. Y es un modelo que cada vez está más presente en España.
Flexibilidad y diseño para todos
“Esta nueva ola de restaurantes no se define simplemente por horarios de apertura largos e ininterrumpidos; las cafeterías y muchos bares-restaurante también los tienen”, explica Dunn. “Se distinguen por su flexibilidad y la forma en que están diseñados para atender a quienes buscan todo, desde un lugar para tomar café y charlar, a ensaladas para llevar o una buena cena. Sus menús también son flexibles, lo suficientemente asequibles como para alentar visitas múltiples por semana, pero suficientemente pulidos para que apetezca cenar allí”.
Cambio en las necesidades del consumidor
Un público más joven y más exigente en lo que respecta a la comida hace que estos restaurantes se vean obligados a adaptarse a las nuevas necesidades de sus consumidores y no solo cambiar sus horarios y hacerlos más flexibles. Las nuevas medidas de adaptación son con ofertas en las que ofrecen de todo a distintas horas del día. Por la mañana ofrecen pan de plátano y chocolate, y todo tipo de productos típicos de cafeterías y pastelerías. Por la tarde y por la noche, una extensa lista de vinos por copa complementa un menú corto de platos sencillos, pero finamente elaborados. El precio, además, no es excesivo, la mayoría de los artículos cuestan menos de 20 euros.