El barrio de Lavapiés se convierte el próximo 4 de mayo en escenario de una de las celebraciones más singulares del calendario madrileño. La Fiesta de La Maya, reconocida como Bien de Interés Cultural, combina tradición, estética y folclore en una jornada donde niñas ataviadas con trajes tradicionales encarnan el espíritu de la primavera.
Con la llegada de mayo, Madrid florece al ritmo de una de sus tradiciones más singulares: la Fiesta de Los Mayos-La Maya, una celebración con raíces ancestrales que tendrá lugar el 4 de mayo en Lavapiés, enmarcada en el programa de las Fiestas de San Isidro. El acto, reconocido como Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de Hecho Cultural, no solo se vive en la capital, sino también en municipios como Colmenar Viejo, El Molar y Leganés, donde se mantiene viva la esencia de esta festividad popular.
¿Quién es la Maya? Una niña que simboliza la primavera
El corazón de esta tradición es la figura de la Maya, una niña o joven que permanece inmóvil sobre un altar elaborado con elementos vegetales y decorativos. Vestida con mantones bordados y ropajes ornamentales, la Maya se convierte en una figura sagrada y simbólica, acompañada por otras niñas que componen su corte. La escena, cargada de solemnidad y estética, se convierte en una postal viva del folclore madrileño.

Lavapiés se transforma: bailes, flores y rosquillas
Durante la jornada del 4 de mayo, las calles de Lavapiés se llenarán de música, claveles y tradición. Al ritmo de jotas y ataviados con trajes goyescos y castellanos, los vecinos y visitantes rendirán homenaje a esta fiesta con una celebración que incluye reparto de flores, rosquillas, vinos regionales y una ofrenda floral final en la Iglesia de San Lorenzo. La estética goyesca, tan característica del barrio, impregna el ambiente de un aire nostálgico y festivo.
De Alfonso X a Lavapiés: una historia con siglos de vida
Lejos de ser una invención moderna, la tradición de las Mayas hunde sus raíces en la Edad Media. Las primeras referencias escritas aparecen en las cantigas de Alfonso X El Sabio, y durante los siglos XVI y XVII adquirieron gran popularidad, siendo mencionadas por figuras como Lope de Vega, Tirso de Molina y Calderón de la Barca. Aunque fueron prohibidas en el siglo XVII por causar desórdenes, lograron sobrevivir y se recuperaron a mediados del siglo XX como una expresión renovada del patrimonio cultural.
Más allá del ritual: patrimonio, estética y saber hacer
Lo que hoy vemos en Lavapiés no es solo un espectáculo costumbrista. La Maya representa un reservorio del patrimonio textil, del arte del bordado y de una estética que habla de identidad y memoria colectiva. Su valor no reside únicamente en la celebración en sí, sino en su capacidad para conectar generaciones y mantener viva una forma de expresión popular que sigue evolucionando sin perder su esencia.
Un legado compartido: Colmenar Viejo, El Molar y Leganés
Aunque Lavapiés concentra gran parte de la atención, esta tradición también tiene una presencia arraigada en municipios madrileños como Colmenar Viejo, El Molar y Leganés. Cada localidad aporta su particular visión y matices a esta costumbre, manteniendo el espíritu común pero adaptándola a su contexto cultural. Este arraigo territorial demuestra que la Fiesta de Los Mayos-La Maya trasciende al calendario festivo para convertirse en una manifestación viva del patrimonio inmaterial madrileño.
